Estamos en la semana de sensibilización mundial sobre el consumo excesivo de sal (cloruro de sodio). En ella se intenta alentar sobre las consecuencias del alto consumo de sal y brindar herramientas para disminuirlo.
Actualmente la mayor parte de la población consume más sal de la que necesita, y esto trae efectos negativos. Por ejemplo, sobre la presión arterial tanto de adultos como también de niños y mayor riesgo cardiovascular.
Pero ¿por qué consumimos sal en demasía si sabemos que afecta nuestra salud? ¿Es indispensable para nuestro organismo? Si es así¿cuánto debemos consumir sin que nos perjudique?
Miles de años atrás la sal era desconocida por las personas, pero con el tiempo fueron descubriendo algunos beneficios que les brindaba a la hora de su consumo.
Entre ellos, como conservante de alimentos y más tarde como condimento. El consumo en ese tiempo no era tan alto como lo es ahora, ya que podemos encontrar sal en la gran mayoría de los alimentos que consumimos diariamente.
La industria ha hecho uso de ella de tal manera que muchas veces compramos un alimento y no nos imaginamos que contenga sal, por ejemplo, en múltiples productos procesados y ultraprocesados, como puede ser el ketchup, las comidas listas, tapas de empanadas, entre otras.
¿Es indispensable para vivir?
Sí, nuestro cuerpo necesita de la sal, es fundamental para cumplir con las funciones regulatorias de los líquidos del organismo y también en los procesos de transmisión nerviosa.
Pero necesitamos poca cantidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una ingesta menor a 5 gramos al día.
Por ello, es muy importante controlar su consumo diario. Para ello debemos disminuir el agregado de sal al momento de comer y también cuidar y hacer buenas elecciones al momento de la compra de alimentos.
Su sentido espiritual
Por otro lado la sal también es indispensable para vivirpero en un sentido más amplio para los cristianos, sirve para mucho más que para cumplir funciones en el organismo y dar sabor a las comidas. Jesús nos dice que seamos sal y luz para los demás:
“Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente”.
El sacerdote Carlos Padilla Esteban lo explica claramente en su artículo Dar sabor a la vida.Dice que Cristo nos invita a ser sal en esta tierra, nos propone que nuestra vida sea auténtica, para lograr con la sal del amor sacar lo mejor de cada persona que esté en nuestro camino.
Podemos ser sal para los demás cuando cuidamos al otro, por ejemplo, si elegimos y preparamos comidas sanas, con poca sal, con alimentos naturales (frutas, vegetales, legumbres, huevo, frutos secos), de temporada, evitando aquellos ultraprocesados que son los que contienen por lo general un exceso de sodio.
El padre Padilla también dice que la sal nos hace disfrutar más de la vida, nos ayuda a descubrir el sabor de la alegría en medio de los sinsabores de la vida. Y es que si estamos sanos, estamos cerca del otro y lo cuidamos con cariño la vida se hace un poco más fácil.
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