En el Vaticano, la inesperada visita del Papa Francisco a la Basílica de San Pedro, vestido de civil, tomó a muchos observadores por sorpresa. Muchos se preguntan cuál será el significado de esta salida, mientras el Papa todavía está convaleciente tras una larga hospitalizaciónCampaña de Cuaresma 2025
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En Roma, la última escapada improvisada del Papa cogió a todos por sorpresa. Presionado por los periodistas, Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, explicó que el Pontífice estaba dando un paseo por el interior de Santa Marta (su lugar de residencia donde prosigue su convalecencia) el jueves por la mañana cuando pidió salir para ir a rezar a la basílica. Fue trasladado en silla de ruedas por su fiel asistente médico personal, Massimiliano Strappetti, seguido por un equipo de seguridad.
Según Matteo Bruni, el Papa rezó ante la tumba de Pío X y observó los trabajos que se estaban realizando en la basílica. Sin embargo, el comunicador no quiso comentar el hecho de que el Papa se hubiera marchado sin llevar los ornamentos anejos a su cargo. No obstante, reconoció que este tipo de iniciativas "a veces pueden surgir del deseo [del Papa] de dar sorpresas que nos sorprenden también a nosotros".
A pesar de la convalecencia que le impusieron sus médicos, el Papa habría decidido hacer esta salida por su cuenta, sin informar a nadie. Esto solo se sabe gracias a las fotos y videos tomados por los fieles y turistas presentes, a los que el Papa dio la bienvenida.
Entrevistadas el viernes por periodistas, entre ellos Aleteia, dos restauradoras que trabajan en la basílica, Lorena y Michela, explicaron que les sorprendió mucho ver aparecer al jefe de la Iglesia católica. "Nos dio las gracias por nuestro trabajo", dijo Lorena. Su compañera contó que el Pontífice insistió en estrecharle la mano, a pesar de su reticencia, porque tenía los dedos fríos y húmedos.
El Papa "no hace nada por casualidad"
Para un vaticanista italiano afincado en Roma desde hace décadas, este acontecimiento es "coherente" con la personalidad del Papa Francisco. "Nunca ha sido un Papa formal, a menudo ha desacralizado el cargo, y sigue encarnando esta revolución", asegura.
"Sabe lo que hace, nunca hace nada al azar", afirma un embajador europeo ante la Santa Sede, que señala que Francisco está "acostumbrado a este tipo de maniobras teatrales". Para él, esta escapada es probablemente una señal para todos sus colaboradores. "Es una forma de decirles que sigue mandando y que sigue siendo el jefe", afirma, constatando la existencia de tensiones al más alto nivel de la Curia, pero también el riesgo de que ciertas personas se aprovechen de la debilidad del Papa, como ya ha ocurrido en pontificados anteriores.
Señala, sin embargo, que esta estrategia es de doble filo, porque las imágenes muestran claramente que el Papa no está en buena forma. "Sigue enfermo, diga lo que diga la Santa Sede, y está jugando con su salud", se preocupa el embajador europeo, que señala que el Papa iba equipado con su respirador artificial durante su escapada.
El nuevo atuendo del Pontífice
Pero más allá de lo oportuno de esta salida, es sobre todo el atuendo del Papa lo que está causando revuelo. Por primera vez desde 2013, el Papa no apareció con sus vestiduras pontificias blancas, sino con pantalones negros y una camisa blanca de manga larga cubierta con una manta a rayas. "En la memoria de cualquier observador, nunca hemos visto a un Papa vestido simplemente así", comentó el vaticanista italiano. Un punto de vista que, no obstante, el diplomático relativiza, recordando que Juan Pablo II ya se había presentado con ropa de esquí al inicio de su pontificado.
"Es sorprendente, pero no es lo más importante", dice el embajador europeo, que considera que la manta es "una simple medida de precaución para evitar que coja frío de camino a la basílica". Para otro observador, quizá sea cada vez más difícil vestir al Pontífice. La movilidad del Papa, ya reducida desde hace varios años, se ha visto aún más mermada por su larga hospitalización.
Un experto vaticanista no comparte esta opinión, estimando que el Papa quería mostrarse de este modo. "Francisco se mostró como un hombre del pueblo", asegura, considerando que el resto de la visita, en particular la visita a la tumba de Pío X, no fue más que un "pretexto para mostrarse de esta manera". "El Papa también sabe que tras su hospitalización ha entrado en una nueva fase de su pontificado, y está utilizando los medios a su disposición, que ya no son tanto los largos discursos", argumenta el periodista.
Para otros vaticanistas, sin embargo, la vestimenta civil del Papa deja una impresión incómoda, a la que una empleada vaticana trata de restar importancia: "Al fin y al cabo, el Papa está en casa, y son los peregrinos los que tienen que adaptarse al hecho de que haya querido alargar su paseo", se ríe.
En la tumba de Pío X
Para el embajador europeo, la elección del Papa de visitar la tumba de Pío X, en la que ya ha rezado en el pasado reciente, no es arbitraria. Según el diplomático, el pontífice argentino podría identificarse con su predecesor italiano. Este último, señala, no solo fue un Papa reformador -promulgó un Catecismo de la Doctrina Cristiana-, sino también un Papa muy popular, muy apreciado por su pueblo.
Pero Pío X, fallecido el 20 de agosto de 1914, fue también "un hombre de paz, que se encontró impotente cuando la guerra estaba a punto de estallar", señala el embajador. "En el contexto actual, Francisco puede verse reflejado en este Papa, que, a medida que se debilitaba, veía abrirse ante él el abismo de la Primera Guerra Mundial", analiza.