En la era hiperconectada en la que vivimos, las pantallas dominan nuestros días, lo queramos o no. Por eso, el concepto de desintoxicación digital es muy relevante, por no decir necesario. Este verano, plantéate alejarte de tus dispositivos en un intento deliberado de reconectarte con tus necesidades y capacidades humanas básicas.
Aquí hay tres formas de realizar una desintoxicación digital y mejorar su bienestar físico, mental y espiritual.
1Abraza la naturaleza y la actividad física
Nadie espera que corras esas carreras de 10 km bajo el ardiente sol del verano . Olvídate de eso. Pero, aun así, una de las formas más fáciles de comenzar tu desintoxicación digital es sumergirte en la naturaleza y realizar algún grado de actividad física. Haz una caminata, ve a nadar o disfruta de un paseo por el parque, a la sombra, con sombrero y usando protector solar.
La creación de Dios es accesible más allá y antes de la pantalla, sin necesidad de iniciar sesión ni contraseña. La actividad física beneficia al cuerpo y despeja la mente, proporcionando un antídoto natural contra la sobreestimulación de la vida digital.
Recuerda la apreciación que Francisco de Asís tenía por la naturaleza y encuentra alegría en la sencillez de estar al aire libre, fuera del constante ping-ping-ping de las notificaciones.
Considera la posibilidad de planificar un retiro de fin de semana o una excursión de un día a una reserva natural cercana y, si es posible, deja el teléfono en otro lugar. Esto no solo te permitirá hacer ejercicio físico, sino que también te dará la oportunidad de maravillarte con la belleza de la creación de Dios, fomentando un sentido de gratitud y paz.
2Participar en conversaciones significativas
En un mundo en el que la comunicación suele darse a través de mensajes o publicaciones en las redes sociales, redescubrir el arte de la conversación cara a cara puede resultar reconfortante. Pasa tiempo de calidad con familiares y amigos sin poner el teléfono sobre la mesa. Participa en conversaciones, escucha activamente y comparte historias.
Esta práctica puede fortalecer tus relaciones y recordarte la importancia de la conexión humana. Siguiendo el ejemplo de Jesús, que pasaba tiempo en conversaciones íntimas con sus discípulos, también podemos desarrollar un mejor sentido de comunidad con quienes nos rodean.
Organiza cenas familiares o reuniones con amigos en las que todos acuerden dejar de lado sus teléfonos, aunque sea solo por unas horas. Disfruta de la riqueza de la interacción directa y la alegría compartida que surge de estar verdaderamente presentes unos con otros.
3Redescubre las prácticas contemplativas
Utiliza tu desintoxicación digital como una oportunidad para profundizar tu vida espiritual a través de la oración y la contemplación. Reserva un tiempo cada día para la reflexión silenciosa, la lectura de las Escrituras o el aprendizaje de los santos.
Estos momentos de tranquilidad pueden ayudarte a sintonizar con la presencia de Dios, lejos del ruido y el caos del mundo digital. Inspirado en las tradiciones monásticas de la Iglesia, este tiempo puede ser una fuente de paz interior y rejuvenecimiento espiritual. Considera incorporar prácticas como la Liturgia de las Horas, la meditación diaria o un retiro en silencio a su rutina. Estos momentos de silencio le darán una comprensión más profunda de su viaje espiritual.
Al alejarnos de las pantallas y reconectarnos con el mundo físico , podemos nutrir nuestra mente, cuerpo y espíritu. Este verano, desintoxica tu cuerpo digital y redescubre las alegrías simples y profundas que trae consigo una vida menos atada a la tecnología.