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Los ancianos son especialmente vulnerables al coronavirus. Se les aconseja que se queden en casa para evitar cualquier riesgo de contaminación.
Durante este encierro, aislados de sus seres queridos, pueden rezar y ponerse en las manos de Dios.
"Cuando Dios permite que suframos enfermedad, soledad u otras cosas relacionadas con nuestra vejez, siempre nos da la gracia y la fuerza para unirnos con más amor al sacrificio de su Hijo y participar más intensamente en su plan de salvación", dijo San Juan Pablo II en su Carta a los ancianos del 1 de octubre de 1999.
"¡Convenzámonos de que es nuestro Padre, un Padre lleno de amor y misericordia!" añadió el santo Papa, que durante su vida no ocultó su vejez y se refería constantemente a ella.
Oración de abandono a la Misericordia
Aquí tienes una oración de abandono a la Misericordia para los ancianos de san Juan Pablo II que los más mayores pueden rezar:
Señor, me has dado el inestimable regalo de la vida, y desde que nací,
nunca has dejado de llenarme con tus gracias y tu infinito amor.
Durante todos estos años, grandes alegrías se han ido entrelazando,
con pruebas, éxitos, fracasos, problemas de salud,
y duelos, como le sucede a todo el mundo.
Con tu gracia y tu ayuda,
fui capaz de superar estos obstáculos y avanzar hacia Ti.
Hoy, me siento enriquecido por mi experiencia
y por el gran consuelo de haber sido objeto de tu amor.
Mi alma te canta su gratitud.
Hoy mismo, mientras aún disfruto de la posesión de mis facultades,
Te ofrezco por adelantado mi aceptación de tu santa voluntad,
y de ahora en adelante quiero que, si alguna enfermedad me afectara,
pueda servir para tu gloria y la salvación de las almas.
Amén