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¿Cuándo un exorcismo es un verdadero exorcismo católico?

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Juan Daniel Escobar Soriano - publicado el 15/03/18
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Muchos de los autoproclamados exorcistas en realidad no lo son y engañan a la genteEn nuestros días, mucho se habla y se escribe sobre “exorcismo” y “exorcismos”, y  en América Latina los cultos que ofrecen exorcismos son un fenómeno preocupante.

También debemos mencionar la influencia de películas, series de televisión, programas y muchos libros y revistas que presentan el tema, lamentablemente, no de una forma seria, correcta y objetiva.



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A todo lo anterior, hay que agregar que han aparecido muchos sacerdotes y laicos que se autodenominan exorcistas, produciendo engaño y confusión en fieles con poco conocimiento de su fe.

¿Qué es realmente un exorcismo?

MICHAEL MCDONAGH

Latin Patriarchate of Jerusalem

El exorcismo es un antiguo sacramental que la Iglesia utiliza contra el poder del demonio. Los sacramentales son cosas o acciones que emplea la Iglesia a imitación de los sacramentos, para obtener de Dios, mediante la intercesión de la Iglesia, determinados efectos de índole especialmente espiritual.


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En la tradición católica – romana, la correcta definición de exorcismo es la siguiente:

“Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo; que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del  maligno y sustraído a su dominio, se habla de exorcismo…”.

El exorcismo hay que entenderlo a partir de Jesús, su vida y misión. Jesucristo anuncia e inaugura el reino de Dios y libera a la persona del mal y el pecado, junto a todas las formas de dominación del demonio y sus secuaces, que quieren pervertir el sentido verdadero de la vida de las personas.

Por esto, Jesús expulsaba demonios y liberaba de la posesión de los espíritus demoniacos. Ahora bien, la Iglesia está llamada a seguir a Jesús y ha recibido, de Él mismo, el poder de continuar, en su nombre su misión.



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La oración de liberación es otra cosa

No debemos confundir la Oración de Liberación con el exorcismo. Muchos católicos que participaron en una oración de liberación, la han confundido con un exorcismo y en muchos lugares, en que se realiza esta oración, se cree que se practica el exorcismo. La Oración de Liberación es:

“La oración que se hace para acabar con la influencia del demonio en una persona. Suele realizarse por parte de un sacerdote solo o por un grupo de laicos (con o sin sacerdote) que oran a Dios para que la persona sea liberada de toda influencia demoniaca” .



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La gran diferencia está en que en el exorcismo el sacerdote exorcista conjura al demonio, y  esta oración se dirige a Dios.


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¿Quién puede decidir hacer un exorcismo?

El Ritual de Exorcismo Actual, promulgado por san Juan Pablo II en enero de 1999, expresa claramente:

“El ministerio de exorcizar a los poseídos se concede por especial y expresa licencia del Ordinario, que regularmente será el mismo obispo diocesano”.

Por lo tanto, si un sacerdote no cuenta con la autorización expresa del obispo diocesano no puede realizar en forma lícita un exorcismo. Los diáconos y laicos, no tienen la potestad de realizar este ritual.


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Un aspecto importante de tomar en cuenta, es descartar que la persona esté sufriendo una enfermedad, en especial de naturaleza psíquica.

Algunas de estas enfermedades, son: esquizofrenia paranoide, desorden disociativo de la personalidad, persona psicótica, crisis histéricas y otros.

Es conveniente que el obispo diocesano, ante la sospecha de una posible posesión demoniaca, nombre una comisión de expertos, donde también participen: médicos, psiquiatras y psicólogos. Esto ayudará al discernimiento del obispo a autorizar o no un exorcismo.


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El Nuevo Ritual también agrega que no se debe creer que hay posesión por la sola afirmación de alguien que expresa estar especialmente tentado, desolado o atormentado por el demonio, ya que la persona podría estar engañada por su propia imaginación .

Algunos criterios que permitirían descubrir una posible posesión demoniaca, después de haber descartado una enfermedad cuya curación estaría en la ciencia médica, son:

· hablar con muchas palabras en lenguas desconocidas o entenderlas

· desvelar cosas escondidas o distantes

· tener fuerzas superiores a su propia condición física

· y todo esto junto a una aversión hacia Dios, la Virgen, la cruz y las imágenes sagradas.

Finalmente, hay que tener claro que el demonio no puede adueñarse de la libre voluntad del poseído hasta el punto de hacerlo pecar.


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¿Quién puede ser exorcista?

Cuando hablamos de “exorcista”, siempre la Iglesia entiende al “sacerdote exorcista”.

La licencia de exorcista, otorgada por el obispo diocesano, siempre será dada a un sacerdote dotado de piedad, ciencia, prudencia e integridad de vida, el cual tiene que estar preparado específicamente para este oficio y lo podrá ejercer de manera estable o por un caso aislado.

El exorcista ejercitará  esta delicada y caritativa misión con humildad y confianza, siempre bajo la dirección del obispo diocesano, y ante una intervención diabólica, deberá guardar la máxima circunspección y prudencia, en especial en los tiempos actuales, en que todo lo demoniaco causa impacto y gran atracción, en especial de los medios de comunicación social. Hay que proteger al fiel atormentado, a su familia y círculo cercano.


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En definitiva…

Debemos recordar que la posesión diabólica no sería la forma más frecuente de la manifestación e influjo satánico. Nos llama más la atención por lo espectacular y las influencias que tenemos de ella, a través de películas, literatura, etc., que tratan este tema.

Hay otras formas de influencia satánica y de las cuales no nos cuidamos mucho, como la mentira, la injusticia, la violencia, la libertad mal entendida, el sustituir la ley de Dios como criterio de moralidad y muchas más, que lamentablemente vemos a diario.

La fe y la oración son claves frente a un caso de posesión y recordemos que con Cristo, en Cristo y por Cristo, podemos vencer al demonio y sus secuaces.


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