Respeto y comprensión para todos, ecumenismo con los que buscan la unidad y colaboración con todos los hombres de buena voluntad
En nuestras relaciones con los que no comparten nuestra misma fe, es importante tener presentes dos principios, contenidos en el documento del Concilio Vaticano II sobre la Libertad Religiosa (Dignitatis Humanae):
– Libertad de conciencia
Consiste en el derecho y el deber que tiene cada hombre de buscar la verdad y seguirla según su conciencia. Nadie tiene el derecho de imponer a otro una determinada creencia, aunque parezca como la mejor.
– Libertad religiosa
Consiste en el derecho que tiene cada hombre de profesar públicamente su creencia, a solas o en grupo, sin que nadie se lo pueda impedir.
Teniendo presentes estos dos principios básicos, he aquí algunas actitudes frente a los que no comparten nuestra fe:
1Tolerancia
Consiste en respetar a las personas, sin distinción de credo, raza o ideología.
2Diálogo
Consiste en hablar y escuchar. Es el método más adecuado para favorecer el conocimiento y el respeto mutuo. El diálogo tiene que estar siempre abierto para todos, creyentes y no creyentes, confiando en el “esplendor de la verdad” y tratando siempre de comprender, más que juzgar.
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