Sus propios problemas con la ingesta compulsiva de alimentos le inspiraron a ayudar a los demás“Comer en exceso destruyó mi cuerpo”, asevera el padre Ryan. “He llegado a pesar hasta 210 kilos”. En un conmovedor cortometraje, el padre Ryan relata su historia de sobreingesta compulsiva y cómo su recuperación cambió su vida. Este cambio le motivó a ayudar a otros en el mismo camino.
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Después de que su padre se marchara cuando él tenía cuatro años, buscó alivio en la comida. Explica que para él comer se convirtió en una “experiencia emocional” con la que contrarrestar la ira y el rechazo que sentía. Sin embargo, la pérdida de su padre terrenal también despertó en él una mayor confianza en su Padre Celestial.
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Después de tocar fondo y ganar 30 kilos en seis meses, se dio cuenta de que necesitaba ayuda y contactó con un centro de rehabilitación para sacerdotes. Finalmente, plantar cara a sus demonios le ha permitido crecer como hombre y como miembro del clero.
“Gracias a todo este proceso de adicción y rehabilitación sé que hay muchísimas personas con el mismo problema”, afirma. “Y por eso es tan importante disponer de un sacerdote que entienda ese proceso y que se reúna con las personas en su propio terreno. Para mí, es una responsabilidad muy personal que me empodera para difundir este mensaje de bienestar entre la gente”.
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La historia del padre Ryan da testimonio del esfuerzo universal que requiere combatir contra nuestros demonios y del poderoso amor que puede ser el fruto de nuestro esfuerzo, al mismo tiempo que ayudamos a los demás a avanzar en el camino de la recuperación.
Aquí puedes ver el vídeo completo.
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