Campaña de Cuaresma 2025
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Cada vez que llega la Cuaresma, muchos católicos se apoyan en su educación religiosa infantil para determinar a qué van a "renunciar". Basándose en este entendimiento, muchos católicos optarán por renunciar al chocolate; o algunos pueden incluso ampliarlo para incluir todos los dulces y postres. Ciertamente, estos sacrificios populares siguen siendo válidos y pueden ser fuente de sufrimiento, pero no son el único tipo de sacrificio que un católico puede ofrecer durante la Cuaresma.
La Iglesia nos ofrece tres categorías, como destacó el Papa Benedicto XVI en su Mensaje para la Cuaresma de 2008:
"En el periodo cuaresmal, la Iglesia se encarga de proponer algunas tareas específicas que acompañan concretamente a los fieles en este proceso de renovación interior: son la oración, el ayuno y la limosna".
Oración
Uno de los sacrificios más olvidados durante la Cuaresma es el sacrificio de la oración. Esto significa sacrificar tiempo para rezar a Dios.
En cierto modo, este es el sacrificio más difícil durante la Cuaresma, ya que atesoramos nuestro tiempo y lo tenemos muy cerca de nosotros.
Este sacrificio puede hacerse de diversas maneras, como levantarse temprano para rezar, o incluso hacer una pausa en el trabajo diario para elevar el corazón a Dios.
Esto no significa que haya que rezar más rosarios durante la Cuaresma. Ciertamente podrías, pero también podría significar hablar con Dios a diario.
Ayuno
El ayuno se asocia más estrechamente con la Cuaresma, ya que la Iglesia prescribe días específicos para el ayuno y la abstinencia.
Además de estos días, se anima a los católicos a considerar cómo pueden ofrecer a Dios sus hábitos alimentarios.
Una de las formas más sencillas de hacerlo es comer solo en las comidas y no tomar ningún tentempié.
Sin embargo, sea cual sea el ayuno que realices, asegúrate de consultar a tu médico para no perjudicar tu salud.
Limosna
La limosna es un sacrificio muy popular durante la Cuaresma, ya que muchas iglesias cuentan con alcancías que los feligreses utilizan para depositar el dinero que han ahorrado para los más necesitados.
Además de dar dinero a la caridad, esto también podría incluir el servicio a los demás, dando su tiempo para estar en un comedor de beneficencia local.
Sobre todo, intenta desafiarte a ti mismo a dar cuando te duela. Poner céntimos en una alcancía durante la Cuaresma es un buen comienzo, pero si tienes un sueldo estable y un buen hogar, deberías poder dar más.
Hagas lo que hagas, considera la posibilidad de renunciar a algo más que al chocolate durante la Cuaresma.


