Campaña de Cuaresma 2025
Este contenido es gratuito, como todos nuestros artículos.
Apóyanos con un donativo y permítenos seguir llegando a millones de lectores.
En España, el temario de la asignatura de Religión para 4º de Educación Secundaria Obligatoria incluye los sacramentos. Por eso, aquel día en clase hablaban sobre el bautismo. El profesor, Jesús, preguntó: “¿Alguno de aquí falta por bautizarse?”. Antonio levantó la mano. “Oye, pues te invito a bautizarte y a que recibas los sacramentos, y a recibir catequesis en tu parroquia para ello”.
El chico asintió sin pensárselo dos veces. Ahora, después de dos años de catecumenado, explica a Aleteia por qué esa respuesta tan rápida.
“Estaba abierto a conocer más sobre Cristo, me llamaba mucho la atención por su mensaje y enseñanzas”, recuerda.
A este estudiante de Alcorcón también le atraían los milagros eucarísticos, la tilma de Guadalupe, la Sábana Santa y otros “milagros documentados”.
2 años de preparación
En el tiempo de preparación para el bautismo, la Primera Comunión y la Confirmación, Antonio Borrego ha conocido la Iglesia católica.
Ha participado en las catequesis y en peregrinaciones de jóvenes, acolitó en la catedral de la Almudena, hizo el retiro Effetá,…

Y se ha integrado en la parroquia de La Saleta, donde ayuda como monaguillo en las Misas y acompaña a los niños como monitor en los campamentos de verano.
“Mi proceso para recibir los sacramentos ha tenido un poco de todo -reconoce-, pero me atrevo a decir que ha habido más gozos que espinas porque las dificultades siempre las he acabado pasando con Dios a mi lado”.
Como dificultades, destaca el contraste con la parte de su entorno que no tiene fe, y “tentaciones y vicios”, como dedicar demasiado tiempo a distraerse con videos cortos y videojuegos. “Ha sido un camino muy bonito y enriquecedor, lleno de la compañía, generosidad y misericordia de Dios”, subraya.
Y resume con ilusión lo que ha descubierto en este tiempo de preparación:
“He descubierto que hay un ser superior (Dios) que nos tiene un amor inimaginable, que nunca nos deja de lado pase lo que pase y que quiere lo mejor para nosotros, que es rico en perdón y lento a la ira, que no juzga a los demás sino que nos abraza, y que quiere que nos hagamos a su imagen y semejanza para gozar de la vida aun en nuestras espinas, y que transmitamos esa alegría y amor a los demás siguiendo sus enseñanzas, no quitándonos libertad, sino dándola y en plenitud, dándonos la salvación para estar a su lado en el cielo”.
Cambios
Así, con 18 años recién cumplidos, recibirá los sacramentos de la iniciación cristiana el próximo 19 de abril de 2025, junto con algunos de los cerca de 30 catecúmenos de la diócesis de Getafe.
En ella, dado el elevado número de adultos que entrarán en la Iglesia este año, habrá dos celebraciones con bautismos en la vigilia pascual, una en la catedral y otra en el Cerro de los Ángeles.
Allí estará Antonio con las personas que le han acompañado en el proceso de convertirse en cristiano.
También con su familia, que respeta su decisión y a veces le acompaña a la iglesia, aunque la única practicante es su abuela.
Sobre su futuro, Antonio reflexiona: “Si mi vida ya ha cambiado a mejor abriéndome a Cristo y siendo catecúmeno, ¿quién me dice a mí que no habrá más cambios?”.
“Me resulta difícil prever por dónde podría llevarme Dios después de recibir los sacramentos, pero poniendo mi vida y confianza en Él, yo sé que estará todo en buenas manos”, afirma.
“Sé que todo mejorará aún más, que me hará estar más cerca de la salvación, de Él, que seguirá habiendo gozos y espinas en el camino, que me llevará a ser mejor ejemplo -concluye-, pero no sabría decir hacia dónde con exactitud...”.


