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El Domingo de Ramos es un día de gran riqueza espiritual en el que la Iglesia centra su atención en el último viaje de Jesús que le llevaría a su pasión, muerte y resurrección.
Hay muchos niveles de significado hasta el día de hoy, y uno en el que no siempre se presta atención es la conexión entre el Domingo de Ramos y el Libro del Éxodo.
Huida de Egipto
El Misal Diario de san Andrés explica cómo el Domingo de Ramos incluía históricamente una lectura del Libro del Éxodo antes de la procesión del obispo a Jerusalén:
"Esta ceremonia fue precedida por la lectura solemne del pasaje del Éxodo en el que se relata la Huida de Egipto. El pueblo de Dios, acampado a la sombra de las palmeras".
Este acontecimiento concreto tiene lugar después de que el Pueblo de Israel se salve de los egipcios y atraviese el Mar Rojo:
"Entonces Moisés condujo a Israel desde el Mar Rojo, y entraron en el desierto de Shur … Luego llegaron a Elim, donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas" (Éx 15, 22-27).
Puede parecer un pasaje extraño para recitar el Domingo de Ramos, pero el Misal Diario de san Andrés ofrece un comentario sobre el simbolismo espiritual que encierra:
"Cerca de las doce fuentes donde Moisés les prometió el maná, está un tipo del pueblo cristiano, que, arrancando ramas de los árboles, da testimonio de que el Hijo de Dios, Jesús, viene a liberar las almas del pecado, conduciéndolas a la pila bautismal y alimentándolas con el Maná de la Eucaristía".
La Tierra Prometida
Además, a menudo se hace referencia a Jerusalén como la "Tierra Prometida", y Jesús es quien nos conducirá a la nueva Tierra Prometida del Cielo.
Jesús es el nuevo Moisés, que nos conduce a través de las aguas del pecado y de la muerte hacia la Vida Eterna.
El Catecismo de la Iglesia Católica relata este simbolismo en su sección sobre el Bautismo:
"El cruce del Mar Rojo, literalmente la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto, anuncia la liberación obrada por el Bautismo:
Tú liberaste a los hijos de Abraham de la esclavitud del Faraón,
haciéndolos atravesar con pies secos las aguas del Mar Rojo,
para que fueran imagen del pueblo liberado en el Bautismo.Finalmente, el Bautismo se prefigura en el cruce del río Jordán, por el cual el Pueblo de Dios recibió el don de la tierra prometida a los descendientes de Abraham, imagen de la vida eterna. La promesa de esta bendita herencia se cumple en la Nueva Alianza".
En muchos sentidos, el Domingo de Ramos prepara el camino para el resto de la Semana Santa, preparando el escenario para lo que sucederá el Viernes y el Sábado Santos.


