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Entre barro y escombros por la Dana, celebraron la Misa dominical

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Celebración de la Santa Misa al exterior de la parroquia María Madre de la Iglesia

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Majo Frias - publicado el 04/11/24
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Gracias a voluntarios y sacerdotes, al menos dos parroquias de comunidades severamente afectadas por la Dana pudieron vivir un momento de esperanza al celebrar la Misa dominical entre el barro y los escombros

La Arquidiócesis de Valencia compartió que, gracias a la colaboración de parroquias y voluntarios, la parroquia de La Torre y la parroquia de María Madre de la Iglesia pudieron celebrar la Misa dominical, aún en medio de la catástrofe.

José Vicente Alberola, párroco de María Madre de la Iglesia (Catarroja), comentó que "ambas parroquias pudieron celebrar la Eucaristía el domingo, en la que participaron los voluntarios, gracias a los ornamentos traídos de (otras) parroquias" pues ahí, se perdió todo. En María Madre de la Iglesia, la Eucaristía se celebró en el exterior, donde aún hay barro y escombros por limpiar.

Ayuda material y espiritual

Ambas parroquias se han convertido en centros de ayuda material y espiritual. Tanto el ayuntamiento y protección civil como los voluntarios -en su mayoría jóvenes- que se han sumado en las labores de limpieza y logística han coordinado las actividades necesarias para ofrecer toda la ayuda posible.

Antes de recibir y coordinar la entrega de alimentos y artículos de primera necesidad fue necesario limpiar los espacios, actividad que fue coordinada por diferentes parroquias.

“La gente cuando viene a por comida también aprovecha para rezar”, explica el párroco en la información difundida por la Arquidiócesis.

En Nuestra Señora de Gracia de La Torre están organizados feligreses, miembros de los grupos de Emaús y Effetá y otros voluntarios que se han trasladado a pie desde Valencia. En total son más de 200.

A esos voluntarios se suman los comercios y vecinos que se han organizado para preparar y repartir alimentos para todos los voluntarios que se desplazaron para ayudar, no solo en las parroquias, sino en las casas aledañas.

Ayuda permanente

Aunque diferentes parroquias se encuentran trabajando por paliar las necesidades más apremiantes, como la medicación para enfermos y los cuidados especiales para personas mayores, hay familias que lo perdieron absolutamente todo.

Por ello, el padre Francisco Furió, párroco de Aldaia, recuerda que la ayuda será necesaria durante mucho tiempo más, por lo que pide solidaridad y colaboración mientras se recuperan pertenencias básicas y fuentes de trabajo.

"Agradecemos las muestras de solidaridad de la gente que nos está abasteciendo de comida y ropa, ahora tan necesaria, pero debemos ser conscientes de que el problema llegará cuando las personas que lo han perdido todo tengan que comprar lo imprescindible para vivir".

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