Más de 150 líderes políticos, sociales o religiosos de Nicaragua están actualmente encarcelados por orden directa del dictador Daniel Ortega. Uno de ellos es el obispo Rolando Álvarez.
El pasado 19 de agosto se cumplió un año de su detención irregular en 2022, cuando la policía de Ortega asaltó la Curia de Matagalpa y se lo llevó a la cárcel junto a otros sacerdotes, seminaristas y un laico. Tras meses de detención inconstitucional, incluyendo períodos de total falta de información sobre su paradero y condiciones de salud, fue condenado sumariamente a más de 26 años de prisión.
En un comunicado hecho público al día siguiente del ataque a la Curia, el servicio de policía del régimen sandinista afirmó que Monseñor Rolando Álvarez era culpable de "incitar a la violencia". También se le acusaba de utilizar los medios de comunicación y las redes sociales para "desestabilizar el país" mediante "noticias falsas", incurriendo en "traición a la patria". Incluso antes de ser detenido, el obispo llevaba al menos dos semanas bajo arresto domiciliario, ya que las autoridades habían impedido a monseñor Álvarez, a otros seis sacerdotes y a seis laicos católicos salir de la curia.
Las medidas represivas se tomaron después de que el arzobispo Rolando criticara la decisión de la dictadura, la semana anterior, de cerrar cinco emisoras de radio católicas.
En su audiencia inicial, Mons. Rolando Álvarez fue acusado de "conspiración para atentar contra la integridad nacional", "difusión de noticias falsas en perjuicio del Estado y de la sociedad nicaragüense" e incluso de "delitos contra la espiritualidad", lo que sea que eso signifique.
Esta audiencia fue organizada por la juez Gloria María Saavedra Corrales, que ya había condenado a 90 días de cárcel a los sacerdotes y laicos que acompañaban a Rolando cuando fue detenido.
Tras negarse a exiliarse a Estados Unidos con otros 222 presos políticos en febrero de 2023, el obispo fue condenado a 26 años de cárcel en Nicaragua. En aquel episodio, según informan los medios locales, "el obispo Álvarez se detuvo en las escaleras que conducían al avión y dijo: 'Dejen libres a los demás. Yo cargaré con su castigo'".
Rolando Álvarez siempre ha criticado abiertamente al régimen de Daniel Ortega. En mayo de 2018, formó parte de un grupo de la Conferencia Episcopal que intentó mediar entre Ortega y la oposición. El diálogo se rompió rápidamente, lo que provocó fuertes protestas que fueron violentamente reprimidas. Las tensiones no han hecho más que aumentar desde entonces.