Este 6 de julio se cumple el primer aniversario de la expulsión de las Misioneras de la Caridad de Nicaragua.
Si bien fue uno de los casos con mayor repercusión internacional por tratarse de la casi mítica orden fundada por Santa Madre Teresa de Calcuta, la salida forzada de las monjas dista mucho de ser un hecho aislado bajo la tiranía de Daniel Ortega: el régimen ya ha expulsado del país al menos a 40 monjas y 44 religiosas en los últimos 5 años. Activistas que denuncian la persecución anticatólica promovida por el dictador nicaragüense, sin embargo, aseguran que la cifra real es mucho mayor.
Solo esta semana, de hecho, cuatro monjas brasileñas del Instituto de las Hermanas de los Pobres de Jesucristo también fueron arrestadas y deportadas de Nicaragua. Ya estaban a punto de salir del país la próxima semana porque la dictadura sandinista no les había renovado el permiso de residencia. La congregación, fundada en Brasil por el P. Gilson Sobreiro, ahora presente en 14 países, llevaba 7 años en Nicaragua, trabajando principalmente con los pobres a través de la distribución de alimentos, además, por supuesto, de dedicarse a la oración.
La negativa del régimen de Daniel Ortega a renovar el permiso de residencia de los religiosos extranjeros ha sido un recurso común para expulsarlos del país en la práctica.
Las monjas de la Madre Teresa
En el caso de las Misioneras de la Caridad, eran 18 religiosas de la congregación en el país centroamericano. Según el diario El Confidencial, fueron llevados hasta la frontera con Costa Rica por policías y funcionarios de la Dirección General de Migración y Extranjería. Entre las 18 monjas sólo había dos nicaragüenses. Las otras monjas eran siete indias, dos filipinas, dos guatemaltecas, dos mexicanas, una ecuatoriana, una vietnamita y una española.
Todos fueron recibidos en Costa Rica por la diócesis de Tilarán-Liberia, que se declaró honrada de recibirlos y ofreció oraciones «por la Iglesia en Nicaragua, por sus obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas».
La disolución de la congregación y de un centenar de otras organizaciones en Nicaragua había sido determinada el 29 de junio de 2022, con carácter de urgencia, por la Asamblea Nacional, el órgano legislativo del país, controlado por el partido de Ortega, el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Los ancianos que recibieron cuidados en la institución de caridad de las Misioneras fueron expulsados del asilo, pero las hermanas tomaron todas las medidas necesarias para que fueran acogidos por otras entidades.