Este martes 16 de mayo estaba previsto el comienzo del juicio político contra el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, en el Congreso del país sudamericano.
Según difundieron medios locales como El Comercio, de fondo aparecen acusaciones contra Lasso de peculado (o malversación de fondos) vinculado a un contrato de transporte de petróleo entre la Empresa Pública Flota Ecuatoriana Petrolera (Flopec EP) y Amazonas Tankers.
Pero además de la crisis política que atraviesa Ecuador, desde hace meses los ciudadanos conviven en medio de clima de incremento de la violencia y la delincuencia a manos del crimen organizado. Esta situación lo posicionó, incluso, entre los países donde más crecieron los muertos por violencia en América Latina.
Tal cual recordó también un reciente reporte de France 24, la nación sudamericana vivió un repunte de los asesinatos tras la masacre de nueve personas en el puerto pesquero de Esmeraldas. Esto en medio también de una difícil situación carcelaria que se ha convertido en noticia a nivel internacional por diversas masacres.
El llamado de la Iglesia
El pasado 10 de mayo, la Iglesia de Ecuador emitió un comunicado titulado «Soñar y construir un nuevo Ecuador».
«Con preocupación y desconcierto vemos la situación política del país. Preocupación, porque a nadie parece importarle la vida concreta de nuestro pueblo. Hemos quedado al amparo de las mafias y de las bandas criminales mientras, lejos de la realidad, aquellos que prometieron defendernos, están ocupados en un espectáculo que ya no hace reír a nadie y que desfigura nuestra imagen en el concierto de las naciones democráticas», expresan los obispos en un pasaje del mensaje.
«Exhortamos, en nombre de los dieciocho millones de ecuatorianos, a todos quienes han recibido en las urnas un mandato del pueblo, a respetar y defender el orden constituido, el debido proceso y la seguridad jurídica ejerciendo la función pública con los más altos valores morales y éticos», prosigue otra parte del comunicado en donde también se hace referencia al apego de la Constitución de parte de organismos como la Corte Constitucional, entre otros.
Por último, además de exhortar a los ecuatorianos a «levantar su voz revitalizar el quehacer político con entrega y sacrificio», subrayan:
«Es hora de un gran acuerdo nacional, en el que todos los sectores, grupos y movimientos puedan sentarse a la misma mesa, dejar de lado rivalidades y resentimientos, y que juntos puedan soñar y construir un nuevo Ecuador».
La Iglesia de Ecuador se ha pronunciado en varias oportunidades acerca de la situación compleja que atraviesa el país latinoamericano. Previo a este mensaje, la Iglesia había emitido un comunicado sido el viernes 21 de abril con un claro mensaje, ante tanta violencia e inseguridad, sobre el carácter sagrado de la vida humana.
El anhelo de paz de cara al mes del Sagrado Corazón
Efectivamente, la Iglesia también ha tenido hasta un rol activo como pacificadora y mediadora en conflictos de diversa índole como el desatado en 2022 a raíz de un paro nacional que duró 18 días a raíz de un conflicto del gobierno con el movimiento indígena y que dejó a cinco fallecidos (curiosamente la firma de paz, en un país consagrado al Sagrado Corazón de Jesús, al finalizar junio, mes que suele asociarse a esa devoción).
Ahora la Iglesia vuelve a manifestarse con un llamado claro y contundente. Una vez más, ese anhelo de paz cobra fuerzas a pocas semanas de que comience junio, ese mes tan cargado de esperanza para los ecuatorianos por su vínculo con el Sagrado Corazón de Jesús.