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Haití en estado de sitio tras el magnicidio de Moïse; el Papa y la Iglesia condenan lo sucedido

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Jaime Septién - Redacción de Aleteia - publicado el 08/07/21
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Luego del asesinato este 7 de julio del presidente de Haití, Jovenal Moïse (52), el papa Francisco ha enviado un telegrama en el que condena lo acontecido. Lo mismo ha hecho la Iglesia de Haití que calificó el asesinato de “inadmisible y repugnante”

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Haití vive horas muy bajas tras el asesinato del presidente Jovenal Moïse (52) ocurrido este miércoles en la madrugada en su residencia situada Pétion-Ville, un suburbio de la capital, Puerto Príncipe.

En medio de la vorágine de información, el primer ministro interino, Claude Joseph, llamó a la calma. Según Joseph, la policía y las fuerzas armadas no han sido desbordadas y, hasta ayer, mantenían la seguridad nacional.

Ya el 7 de febrero de 2021, el presidente Moïse, quien extendió su mandato por un año, provocando una ola de reacciones en su contra, había anunciado que la oposición, junto con los jueces haitianos, estarían tramando un golpe de Estado en su contra.

"Esta mañana mismo, a la una de la mañana, 7 de julio, un grupo de personas no identificadas, que hablaban en español e inglés, asesinaron al presidente de la República. El presidente ha muerto a causa de sus heridas", dijo Joseph por radio.

En el asalto resultó herida de bala la esposa de Moïse, Martine, quien se sabe que está delicada, pero estable e ingresada en un hospital de Miami (Estados Unidos). En el atentado también se encontraba presente un hijo del matrimonio Moïse que resultó ileso.

El próximo 26 de septiembre estaban anunciadas elecciones presidenciales y legislativas, hecho al que se oponía Moïse, quien planeó lanzar, en esa misma fecha, un referéndum para aprobar una nueva Constitución.

Este 8 de julio trascendió el telegrama que ha enviado el papa Francisco a través del secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin.

"Al tener noticia del atroz asesinato del que ha sido víctima el Excmo. Sr. Jovenel Moïse, presidente de Haití, Su Santidad el Papa Francisco transmite sus condolencias al pueblo haitiano y a su esposa, también gravemente herida, cuya vida encomienda a Dios", se indica.

"Mientras ruega al Padre de la Misericordia por el descanso del alma del fallecido, el Santo Padre expresa su tristeza y condena toda forma de violencia como medio para resolver crisis y conflictos", prosigue.

"Desea para el querido pueblo haitiano un porvenir de concordia fraterna, de solidaridad y de prosperidad. En señal de consuelo, invoca la abundancia de las bendiciones divinas sobre Haití y todos sus habitantes", finaliza el comunicado.

También se expresó la propia Conferencia Episcopal de Haití (CEH).

 “La CEH deplora y condena este inadmisible y repugnante asesinato, y presenta sus sinceras condolencias a los padres y amigos de la pareja presidencial”, indicaron los obispos de Haití.

"La violencia sólo puede engendrar violencia, y conduce al odio”, agregan los obispos, quienes también rezan por el difunto presidente y lo acontecido con su esposa.

La inestabilidad política de la última década, pero, sobre todo, de los últimos cuatro años (desde que tomó el poder Jovenal Moïse) hacen muy difícil entender quién o quiénes están detrás de los asesinos.

Solamente considerar que durante los últimos cuatro años, el país tuvo siete primeros ministros. Y estaba previsto que Joseph fuera sustituido esta semana, tan solo después de tres meses en el cargo.

Por la forma en que se produjo el asesinato se podría apuntar a alguna de las bandas armadas que controlan los suburbios de la capital, especialmente de la federación de bandas G9 an Fanmi e Alye, que en las últimas semanas le declaró la guerra a Moïse.

Tras conocerse el asesinato del presidente, el aeropuerto de Puerto Príncipe canceló todas las operaciones aéreas, mientras que el vecino país de República Dominicana mandó cerrar y militarizar los pasos fronterizos.

Colombia, por su parte, ha pedido la intervención en Haití de la Organización de Estados Americanos (OEA) para garantizar la estabilidad y la democracia en Haití, y evitar un golpe de Estado que podría ser inminente si no hay presencia internacional.

Por lo demás, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, calificó como un "ataque horrible" el magnicidio. Y subrayó: "Ayudaremos de cualquier manera al pueblo de Haití, al Gobierno de Haití, si hay una investigación".

A partir de ayer y por un período de –al menos—15 días, Haití se encuentra bajo estado de sitio. Así lo dio a conocer Joseph junto con el director de la Policía Nacional, Leon Charles, y otras autoridades, después de presidir un Consejo de Ministros extraordinario.

Según la legislación del país caribeño, serán las Fuerzas Armadas las máximas garantes de la seguridad lo que implica la instauración de tribunales militares. También abre la puerta al control de los medios de comunicación por parte de los militares

Joseph ha instado a todas las partes a unirse a esta misma "batalla" para que "gane" la democracia, en un aparente intento por evitar el vacío de poder que podría generarse tras la ausencia de un jefe de Estado y la falta de renovación del Parlamento.

La situación es demasiado confusa como para poder prever un derrotero seguro en materia política en un país desarticulado y entregado a una espiral de violencia que no respeta ni rangos ni posiciones políticas, sociales o económicas.

Por lo pronto, el artículo 149 de la Constitución estipula que en caso de ausencia del presidente "por dimisión, destitución o en caso de incapacidad física o mental permanente", corresponde al Consejo de Ministros, "bajo la presidencia del primer ministro", ejercer el poder ejecutivo hasta la elección de un nuevo jefe de Estado.

Se estipula un plazo de entre 60 y 120 días para avanzar en esta renovación, si bien establece una excepción, en el caso de que el presidente estuviese en su último año --como es el caso de Moïse-- la Asamblea Nacional podría elegir a un mandatario provisional.

El asesinato de Moïse empeora la crisis de seguridad que vive Haití toda vez que éste llevaba un año gobernando “por decreto”, sin Parlamento electo y haciendo un calendario electoral que iba cambiando según las circunstancias políticas del país.

Esta misma semana, había designado como nuevo primer ministro a Ariel Henry, un antiguo responsable de Interior al que encargó, entre otras tareas, "solucionar el flagrante problema de la inseguridad y apoyar al Consejo Electoral para la realización de las elecciones generales y el referéndum".

Y a ello habría que añadir la crisis humanitaria, sobre todo en la capital, en la que cerca de 15.000 personas tuvieron que huir hacia el interior o hacia el extranjero por el brutal repunte de la violencia según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas.

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