Con el lema “Conociendo nuestra fe y espiritualidad ancestral: María Lionza, niña, mujer, guerrera reina por Venezuela”; está previsto que este 24 de junio se celebre en Venezuela el “Primer Encuentro Cultista” de la santería. Lo organizan la Federación Venezolana de Religiones Ancestrales Aganju Sola y Yanza (FVRAASY), y el Consejo Nacional Espiritista de Venezuela (CNEV).
El lugar elegido para su realización es el estado Carabobo. La razón es el encuentro se hace coincidir con el bicentenario de la batalla de Carabobo. Se trata de un episodio fundamental en la Guerra de Independencia de Venezuela, y que sucedió en 1821.
En él participarán, principalmente, responsables y devotos de la santería venezolana. Irán encabezados por la astróloga Lisbeth Nava, la cara más reconocible de este movimiento, al ser presidenta del CNEV y vicepresidenta de la FVRAASY.
Habrá tiempo para el discurso y para la danza y el teatro, formas de dar culto a la divinidad conocida como María Lionza. También estarán académicos que estudian este culto y representantes políticos.
Venezuela cuenta con una importante corriente propia de santería; añade al sincretismo afroamericano –cuya característica fundamental es mezclar las prácticas devocionales católicas con la religiosidad traída por los africanos esclavizados– una figura central: María Lionza. Ésta sería una figura indígena legendaria que fue divinizada a nivel popular.
En el imaginario doctrinal de la santería venezolana, María Lionza –también llamada Yara– se une al Negro Felipe y al Cacique Guaicaipuro; así forman lo que denominan “las Tres Potencias”, en la cúspide del panteón santero, integrado por diversos niveles o “cortes”.
Lo que algunos observan simplemente como una parte del folklore del país, en realidad es una creencia muy extendida entre los venezolanos; y que en ocasiones compaginan con la fe católica o con otras pertenencias.
Así se entiende que el monumento a María Lionza ubicado en la montaña Sorte, en el estado Yaracuy, sea una meta de peregrinación anual para miles de personas.
Sin embargo, no debemos olvidar los riesgos que traen consigo estos cultos sincretistas. Aunque es difícil que trascienda el lado más oscuro de sus consecuencias –por el manto de miedo tejido por sus responsables practicantes–, en enero de 2020 se tuvo noticia de la muerte de una adolescente de 16 años en un ritual a María Lionza en el estado Vargas.
Tal como se detalla en el programa de actos, acudirán autoridades del Estado y dirigirán unas palabras a los asistentes antes del cierre del encuentro. Lo que podría interpretarse como una presencia protocolaria y un reconocimiento del pluralismo religioso del país es, sin embargo, algo diferente. Es un apoyo consciente y explícito de las instituciones públicas de Venezuela a una espiritualidad que tuvo en su anterior gobernante Hugo Chávez a uno de sus principales defensores (y practicantes).
Efectivamente, el primer presidente de la denominada República Bolivariana de Venezuela hizo que la santería se convirtiera, de hecho, en la “religión oficial” del gobierno, alcanzando una enorme influencia social y política.
Fue común que altos oficiales militares y otras personalidades viajaran a Cuba para iniciarse en la santería (rito de “hacerse el santo”).
Ésta es una de las razones que han llevado a una fuerte polémica en las redes sociales ahora, con motivo del Encuentro Cultista. Según informa Contra Poder News, algunos usuarios de Twitter han señalado que “tras la aparente fachada de un evento de carácter cultural, se oculta en realidad la celebración de una convención de brujos, espiritistas y paleros”.
Entre las críticas más claras se podía leer que se trata de “un submundo que afianza la oscuridad” o “un asunto de brujería”.
Otro sector de la población que ha volcado en las redes sociales su preocupación por lo que puede suponer el acto es el de los católicos. A la amenaza permanente que supone para la fe cristiana el sincretismo que practican los devotos de María Lionza y los espiritistas en general, se suma este intento público de ensalzar un culto esotérico popular y desvirtuar la visión que hay sobre las creencias de los venezolanos.
No se trata de un temor infundado ni de una postura intolerante o intransigente con otras creencias. En la publicidad del primer Encuentro Cultista se puede leer cómo terminan algunos mensajes con esta expresión: “Que viva nuestra India Yara. María Lionza, patrona de Venezuela”. Algo que se interpreta como un intento de la santería –con el apoyo gubernamental– de sustituir a la Virgen de Coromoto, tradicional protectora del país, por esa figura pagana.
Por eso se han difundido en estos días mensajes que llaman a reaccionar con oración y actos de desagravio. En uno de ellos, por ejemplo, se habla de la “guerra espiritual por la protección de Venezuela, su Iglesia, las familias, jóvenes y niños; toda una nación que implora perdón y misericordia en estos momentos de batalla contra el odio, la mentira y contra las fuerzas de la oscuridad”.
Algunos grupos de la Renovación Carismática Católica han llamado a los fieles a “24 horas continuas con el Santo Rosario”, pidiendo la intercesión de la Virgen María (bajo la advocación de Nuestra Señora de Coromoto) y del beato José Gregorio Hernández (médico recientemente beatificado y que es instrumentalizado de forma común por los santeros y por el mundo de la brujería en general).
Las propuestas de oración y penitencia también incluyen ofrecer la Eucaristía “por Venezuela”, la adoración del Santísimo, la invocación a. Espíritu Santo, la novena a Nuestra Señora Desatanudos, el rezo del llamado “cerco de Jericó” y algunas jornadas de ayuno y abstinencia.
