“El Papa Juan Pablo II es sin duda una piedra angular [..] Su fuerte mensaje de reconciliación sentó las bases de las buenas relaciones en la actualidad”. Lo dijo a Aleteia el embajador de Israel ante la Santa Sede, Oren David; entrevistado con motivo del 27° aniversario de las relaciones diplomáticas entre el Estado de Israel y la Santa Sede (15 de junio de 1994).
“Los continuos llamamientos del Papa Francisco contra el antisemitismo demuestran la importancia de nuestras relaciones”. Afirmó Oren David que presentó sus cartas credenciales al Papa Francisco el 27 de octubre de 2016. Nació en Israel. Está casado. Es licenciado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales (Hebrew University of Jerusalem), y obtuvo el grado de máster en Ciencias Políticas (Hebrew University of Jerusalem). Ha ocupado varios cargos en su larga carrera diplomática.
– Usted promovió el 14 de junio de 2019 un acto en el Templo Mayor de Roma para celebrar el 25° aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre el Estado de Israel y la Santa Sede. Fue huésped de honor el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin. El doctor Di Segni, Rabino Jefe de la Comunidad Judía de Roma hizo de anfitrión. ¿Qué consecuencias tuvo esta celebración en la continuidad de las relaciones entre el Estado de Israel y la Santa Sede?
Recuerdo con agrado este evento. Fue una jornada especial en la que hubo una gran participación por parte de la Curia, del Cuerpo Diplomático ante la Santa Sede, de las Universidades Pontificias y Católicas, de la prensa, miembros de la comunidad judía y muchos amigos. Fue también la primera vez que un Secretario de Estado de la Santa Sede hizo una visita oficial y un discurso en el Templo Mayor de Roma.
Por tanto, podemos decir que este evento fue histórico porque sancionó la madurez de nuestras relaciones, dando mayor impulso al diálogo y fuerza a nuestra amistad.
– El Gran Templo de Roma ha acogido la presencia de varios Papas en las últimas décadas, comenzando con la visita de San Juan Pablo II el 13 de abril de 1986, presencia que es signo visible de la transformación de las relaciones entre cristianos y judíos en los últimos 50 años. ¿Cómo y por qué la figura de Juan Pablo II sigue siendo una presencia importante para la celebración del aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre el Estado de Israel y la Santa Sede?
El Papa Juan Pablo II es sin duda una piedra angular de nuestras relaciones. Su inolvidable visita al Templo Mayor no fue fruto de la casualidad, sino que fue precedida y seguida de numerosas condenas al antisemitismo, incluida la petición de perdón al pueblo judío por todo el sufrimiento infligido en los países de mayoría cristiana y por su referencia al antisemitismo como "pecado contra Dios y contra la humanidad”.
La historia la hacen los hombres y el joven Karol Wojtyla fue testigo de la tragedia de la Shoah que también afectó a sus amigos judíos en Polonia. Su fuerte mensaje de reconciliación hizo posible el establecimiento de relaciones diplomáticas entre nuestros dos estados y sentó las bases de las buenas relaciones en la actualidad.
– El Papa Francisco recordó el 17 de enero de 2016: "Queridos hermanos mayores, debemos estar verdaderamente agradecidos por todo lo que se ha podido lograr en los últimos 50 años, porque el entendimiento mutuo, la confianza mutua y la amistad han crecido y se han profundizado entre nosotros". Desde el punto de vista diplomático, ¿qué avances se han logrado en los últimos años en las relaciones bilaterales, especialmente durante el pontificado del Papa Francisco?
En una época en la que, lamentablemente, el flagelo del antisemitismo se está contagiando cada vez más, incluso en el corazón de Europa y también durante las frecuentes manifestaciones en el contexto del conflicto en Oriente Medio, los continuos llamamientos del Papa Francisco contra el antisemitismo demuestran la importancia de nuestras relaciones. El Papa es una voz moral escuchada por muchos y sus mensajes contra el antisemitismo tienen un gran significado para nosotros.
También me gustaría recordarles que el Papa Francisco el 28 de octubre de 2015, con motivo del 50 aniversario de la declaración de Nostra Aetate, dijo a algunos representantes del Congreso Judío Mundial: "Atacar a los judíos es antisemitismo, pero también el ataque deliberado contra el Estado de Israel es antisemitismo". Y afirmó el derecho de Israel a existir en prosperidad y seguridad”.
Nuestra Embajada lanzó recientemente un proyecto, desde el 27 de enero, Día Internacional del Holocausto, en el que se publicaron mensajes contra el antisemitismo en nuestras redes sociales. La participación de la Curia y de las instituciones eclesiásticas fue muy amplia, incluso el Secretario de Relaciones con los Estados de la Santa Sede, Mons. Gallagher contribuyó con un largo mensaje. Esta campaña fue también una demostración del progreso realizado en nuestras relaciones durante el pontificado del Papa Francisco.
– El establecimiento de relaciones diplomáticas entre la Santa Sede e Israel también forma parte de este contexto, con la apertura, el 15 de junio de 1994, de las dos misiones diplomáticas en Israel y el Vaticano, tras el Acuerdo Fundamental, firmado el 30 de diciembre de 1993. ¿Qué significó este Acuerdo, que entró en vigor el 10 de marzo de 1994, para las relaciones y la cooperación entre judíos y cristianos?
Nuestras relaciones son únicas y muy interesantes también porque las cuestiones políticas y religiosas se entrelazan y se enriquecen mutuamente. La declaración Nostra Aetate, documento magistral de la Iglesia Católica allanó el camino para la formalización de nuestras relaciones políticas sancionadas con la firma del Acuerdo Fundamental, un paso de gran trascendencia, en el contexto de un proceso histórico de cambio de actitud de la Iglesia católica hacia el judaísmo y hacia el pueblo judío, lo que también dio lugar a encuentros regulares entre el Gran Rabinato de Israel y la Comisión Pontificia para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo.
– ¿Cómo avanza el proceso de negociación dentro de la Comisión de Trabajo Bilateral Permanente entre la Santa Sede y el Estado de Israel para llegar a un acuerdo en materia financiera?
El Acuerdo Económico y Financiero se ocupa de cuestiones relacionadas con la propiedad de la Iglesia en Israel y los impuestos. Cuando se firme, representará otro hito en nuestra relación. El deseo de firmar un acuerdo lo más completo posible ha hecho que estas negociaciones sean muy largas y la pandemia ciertamente no ha acelerado el proceso. No debemos olvidar que estamos hablando de cuestiones extremadamente complejas tanto desde el punto de vista económico como religioso. Algunos sitios son particularmente sensibles porque son sagrados para más de una religión.
Se han resuelto y superado importantes obstáculos, pero aún es necesario trabajar antes de llegar a la firma de este documento.
El principio básico que nos guía es el de querer garantizar la libertad de culto a todas las religiones, principio fundamental de nuestra democracia.
– ¿Qué comentario puede hacer sobre el compromiso asumido por el Estado de Israel de garantizar a la Iglesia Católica la libertad de llevar a cabo su misión y hacer su propia contribución a la sociedad israelí?
Israel es un estado multicultural y multirreligioso que garantiza la plena libertad de expresión y culto a todos los credos. Una buena excepción en el área de Medio Oriente.
El componente cristiano es un componente importante de nuestro tejido social y está bien integrado en todos los ámbitos sociales. La Iglesia Católica en Israel hace una gran labor educativa porque es muy activa en el entorno escolar, tanto es así que los estudiantes que asisten a sus escuelas tienen más éxito en el entorno universitario con calificaciones por encima de la media nacional.
– ¿Cómo ve el Estado de Israel las actividades de la Iglesia, como las escuelas católicas, que, a través de la educación en valores fundamentales, el diálogo y el respeto mutuo, contribuyen a la creación de una sociedad más justa y pacífica?
Las escuelas católicas son frecuentadas por cristianos y musulmanes, pero también por drusos y, por lo tanto, ofrecen a los jóvenes de diferentes orígenes la oportunidad de conocerse y dialogar. También fomentamos esto a través de la financiación pública.
Esperamos que la enseñanza actual de la Iglesia católica sobre el judaísmo, la Declaración Nostra Aetate y los documentos posteriores se difundan en estas escuelas.
– El Papa Francisco es un aliado de la paz entre pueblos y naciones, por lo que conviene recordar, en particular, el encuentro de oración con los presidentes israelí y palestino, celebrado el 8 de junio de 2014 en el Vaticano. Como es bien sabido, el proceso de paz y el futuro de la región son muy importantes para el Papa y la Santa Sede. ¿Cuáles son los fines u objetivos comunes que persigue la diplomacia en ambos frentes en este asunto?
La reunión de oración del 8 de junio de 2014 fue seguida en todo el mundo; no tenía un propósito político, sino uno de oración.
Israel comparte con la Santa Sede el deseo y la aspiración de paz, y para lograrlo hay que sentarse a la mesa de negociaciones y dialogar, pero es difícil si las organizaciones terroristas lanzan periódicamente misiles sobre objetivos civiles en Israel, golpeando indiscriminadamente a judíos, cristianos, pero también a musulmanes.
– La naturaleza de las relaciones entre la Santa Sede y el Estado de Israel surge precisamente del carácter único de Tierra Santa. ¿Cómo considera el Estado de Israel contribuir al valor universal de considerar a Jerusalén, la ciudad de la paz, patrimonio común de todos los fieles de las tres grandes religiones monoteístas y del mundo entero?
Jerusalén es una ciudad santa para las tres religiones monoteístas e Israel garantiza el acceso a los lugares santos para los fieles de todas las religiones. Este no siempre ha sido el caso en el pasado: entre 1948 y 1967, las antiguas sinagogas de Jerusalén fueron arrasadas y el cementerio fue profanado. Los judíos no podían tener acceso al muro occidental.
Israel siempre seguirá garantizando la libertad de oración en los lugares santos de la Ciudad que el Rey David ya había elegido como su capital.
– ¿Podría dar un ejemplo concreto de la responsabilidad compartida de la Santa Sede y el Estado de Israel en la lucha contra todas las formas de intolerancia religiosa y en la promoción del entendimiento mutuo entre las naciones, la tolerancia entre las comunidades y el respeto por la dignidad humana y la vida humana?
En el Acuerdo Fundamental, Israel y la Santa Sede destacaron la "naturaleza única de la relación entre la Iglesia Católica y el pueblo judío ..." y expresaron su compromiso de "colaboración adecuada en la lucha contra todas las formas de antisemitismo y cualquier tipo de racismo e intolerancia religiosa”.
Israel y la Santa Sede reconocen el carácter sagrado de la vida humana porque estos son valores que se nutren de la Biblia. Israel es un país donde todos pueden seguir su propia tradición lingüística y religiosa y todos pueden votar por sus representantes con total libertad. Todos disfrutan de los derechos civiles y todos pueden usar libremente sus símbolos religiosos, lo que no es posible en gran parte del mundo, donde tanto judíos como cristianos son perseguidos con demasiada frecuencia. Necesitamos aprender a dialogar y conocernos. Los judíos y los cristianos hemos aprendido a superar nuestras diferencias y podemos ser un ejemplo de ello.
– El Papa Francisco deplora el odio, la persecución y las manifestaciones antisemitas de cualquier época y persona contra los judíos. ¿Cómo evalúa el Estado de Israel esta postura contra el antisemitismo que se ha convertido en un patrimonio común, alentado aún más por la declaración Nostra Aetate del Conc. Ecum. Vat. II de hace 50 años?
Para Israel son muy importantes las palabras del Papa Francisco contra el antisemitismo, sobre todo porque ha subrayado que un cristiano no puede ser antisemita dado que esto contrasta con su fe.
Son palabras contundentes e inequívocas y esperamos que sean escuchadas y aceptadas en todo el mundo. Espero que el contenido de la Declaración Nostra Aetate sea cada vez más difundido y enseñado, también entre el clero y los fieles, especialmente los jóvenes, por las iglesias de todo el mundo.
– ¿Hay algo que le gustaría añadir que no hayamos abordado respecto a las relaciones diplomáticas entre el Estado de Israel y la Santa Sede?
Sí, gracias por esta oportunidad. Cuando podamos volver a viajar ahora que la pandemia parece estar perdiendo el control sobre nuestras vidas, quiero animar a todos los cristianos a que vayan a Israel porque ahí es donde se encuentran las raíces de su fe.
Quien acepte esta invitación verá un país muy variado y de gran tradición espiritual, pero también moderno, vivo y acogedor.