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Brasil Covid-19: “Es hora de detener la escalada de muerte”

MAURO APARECIDO
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Pablo Cesio - Aleteia Brasil - publicado el 12/03/21
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El gigante sudamericano en sus horas más oscuras en medio de una crisis del coronavirus que sigue batiendo récords y que ha dejado también la muerte del cuarto obispo. Todo esto motiva un fuerte llamado desde los firmantes del “Pacto por la Vida”.

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Monseñor Mauro Aparecido dos Santos, arzobispo de Cascavel, Estado de Paraná, Brasil. He aquí el nombre del cuarto obispo que muere por coronavirus en Brasil, el país de América Latina más afectado por la pandemia y que por estas horas es calificado por especialistas y organizaciones como una verdadera amenaza para la región y más allá.

El fallecimiento de Aparecido dos Santos, de 66 años, se produjo este 11 de marzo luego de un proceso de agravamiento de la enfermedad donde incluso tuvo que ser intubado desde el pasado 19 de febrero.

“En este momento de duelo, expresamos nuestro sentimiento a la familia de Don Mauro, a la Arquidiócesis de Cascavel ya sus amigos, reafirmando nuestra fe en la resurrección: “Descanso eterno, dale, Señor. ¡Y deja que tu luz brille para él! ”, expresó la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) a través de su página web.

Aparecido dos Santos se convirtió en el cuarto obispo de la Iglesia de Brasil que ha perdido la vida a causa del coronavirus desde que empezó la pandemia.

“El caso anterior fue el del arzobispo emérito de Río de Janeiro, cardenal Eusébio Oscar Scheid, fallecido el 13 de enero. Además de él, monseñor Henrique Soares da Costa, obispo de Palmares (PE), falleció el 18 de julio, a los 57 años, y monseñor Aldo Pagotto, arzobispo emérito de Paraíba, fallecido en abril a los 70 años, también víctima de Covid-19”, recuerda la nota de la Iglesia, al tiempo de hacer referencia a la trayectoria de este obispo ahora fallecido.

MAURO APARECIDO

Catedral Nossa Senhora Aparecida – Cascavel/PR

 

“Detener la escalada de muerte”

Pero lo sucedido con este obispo es un ejemplo más de la dramática situación que viene atravesando Brasil desde que se confirmaron los primeros casos de coronavirus un Miércoles de Ceniza, el 26 de febrero de 2020.

Esto motivó desde un comienzo diversas acciones y pronunciamientos desde varias organizaciones, entre ellas la propia Iglesia. Recientemente, adherentes al denominado “Pacto por la Vida y por Brasil”, de la cual forma parte la CNBB, lanzaron un nuevo llamado ante la situación actual.

“La gente no puede pagar con su vida”, titulan los firmantes de este pacto el documento que se hizo público este 11 de marzo.

“¡Es hora de detener la escalada de la muerte! La población brasileña ahora necesita una vacuna. El virus no se disipará con oscurantismos, discursos airados o frases ofensivas”, expresan en uno de los pasajes.

“Instamos al Congreso Nacional a que dé máxima prioridad a los asuntos relacionados con el afrontamiento del COVID-19, ya que preservar vidas es el asunto más urgente. En este sentido, la asistencia de emergencia digna, y durante el tiempo que sea necesario, será fundamental para salvar vidas y dinamizar la economía”, prosiguen.

Por último, quienes lanzaron este mensaje también hacen referencia especial a los jóvenes. “Que la juventud brasileña asuma su papel histórico en la defensa de la vida y del país, deconstruyendo el negativismo que agrava la muerte”, concluyen.

 

MAURO APARECIDO

Catedral Nossa Senhora Aparecida – Cascavel/PR

 

En la hora más difícil

Brasil viene registrando más de 2000 fallecimientos por día. Sin duda el peor momento de la pandemia en un país que hasta ahora lleva contabilizados más de 11 millones de casos confirmados y un número de fallecidos superior a 270.000.

En medio de esto, colapso sanitario y situaciones verdaderamente duras en algunas regiones como la Amazonía, Manaos, donde nuevas variantes y la falta de oxígeno han estado generando verdaderos estragos. O el propio Estado de San Pablo, el más castigado de todos.  Pero esta situación, con cepas que generan más transmisibilidad, no solo representa una amenaza para Brasil, sino que pone en alarma al resto de la región.

La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) manifestó en los últimos días los efectos que podría tener la falta de contención del virus para América Latina. Todo esto también acontece en tiempos donde la vacuna ya está presente en varios países, pero aún a ritmo lento y en muchos casos muy lejos de la deseada “inmunidad de rebaño”.


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