Artículo publicado por “The Jerusalem Post” y firmado por el iniciador de la Fundación Raoul WallenbergAngelo Giuseppe Roncalli, quien ha pasado a la historia como el Papa Juan XXIII, merecería ser declarado “justo entre las naciones”. Este es un reconocimiento otorgado por Israel a quienes ayudaron a salvar vidas de judíos durante el Holocausto.
La propuesta queda plasmada en un artículo, que ha publicado el diario “The Jerusalem Post”, escrito por Baruj Tenembaum, fundador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg.
Esta ONG tiene por misión proponer el modelo educativo que ofrecen personas que salvaron vidas humanas en el Holocausto y el genocidio armenio.
El reconocimiento de una persona como “justo entre las naciones” corresponde a la institución oficial israelí Yad Vashem, organismo nacional dedicado a la memoria del Holocausto.
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Cuestión disputada
En 2011, se presentó ante Yad Vashem un amplio estudio para documentar la obra de rescate de Juan XXIII a favor de los judíos.
La institución no aceptó la propuesta. Alegó que “a pesar de que Roncalli mostró una enorme compasión y su actividad de rescate fue documentada por muchas fuentes, no arriesgó su posición”.
Los promotores de la propuesta, en particular la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, constatan una contradicción; pues Yad Vashem ha reconocido como “justos entre las naciones” a personas que no han corrido riesgos inmediatos en su acción de ayuda a judíos.
Paradójicamente, entre esas personas, incluidos diplomáticos, figura el caso del mismo Wallenberg. En el Holocausto fue apoyado por el gobierno de su país, Suecia, motivo por el cual no corrió peligro su cargo profesional.
De hecho, Wallenberg no falleció en manos de los nazis, sino en una prisión soviética.
El artículo publicado en Jerusalén aparece cuando se celebra el 139 cumpleaños de Roncalli. Se le conocía popularmente como “El Papa Bueno”, nació el 25 de noviembre de 1881 en Sotto il Monte, localidad de la provincia de Bérgamo, en el norte de Italia.
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Una obra ingente de apoyo a los judíos
En su artículo, Baruj Tenembaum rememora la acción que el arzobispo Roncalli llevó a cabo en los años treinta y cuarenta del siglo pasado. Entonces era delegado apostólico en Turquía y Grecia y arzobispo de Bulgaria. Afirma:
“Durante los días oscuros de la Segunda Guerra Mundial sintió la trágica situación de los judíos de Europa y estableció vínculos de trabajo con representantes del Yishuv, la población judía anterior al Estado, principalmente con Haim Barlas, quien entonces era emisario de la Agencia Judía”.
“Durante esos años turbulentos, Roncalli envió informes detallados a sus superiores en el Vaticano, con la expectativa de obtener apoyo para su misión de salvar vidas”.
Gracias a su ayuda activa, los niños judíos fueron trasladados a su destino final en Palestina
“Sin instrucciones oficiales, comenzó a utilizar el correo diplomático para enviar al nuncio Angelo Rotta en Budapest certificados de inmigración a Palestina emitidos por la Agencia Judía. Años más tarde, Monseñor Rotta fue declarado ‘justo entre las naciones’”.
Roncalli, también acercó su palabra al rey Boris de Bulgaria, instándole a no entregar a los judíos de su país a los nazis. “Gracias a su ayuda activa, se trasladó a los niños judíos a su destino final en Palestina a través del territorio eslovaco”.
Tenembaum constata que “después de la Segunda Guerra Mundial, Roncalli continuó aplicando su enfoque comprensivo hacia los judíos, esta vez, en relación con el establecimiento del Estado de Israel”.
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Nueva era de relaciones judeocristianas
En 1958, ya como Papa, Juan XXIII, Roncalli inició una revolución en la relación entre la Iglesia católica y los judíos.
El 1 de octubre de 1962, su sucesor, el Papa Pablo VI, clausuró el Concilio Vaticano II con la declaración Nostra Aetate, que se basó en gran medida en la visión de su predecesor, y “abrió una nueva era en el diálogo ecuménico”.
Entre otros gestos, el Papa Juan XXIII ordenó la eliminación de las sentencias ofensivas en la Oración del Viernes Santo, que calificaba a los judíos de “pérfidos”.
Las nuevas generaciones deben conocer la grandeza de este hombre
Según indica Tenembaum, fue más allá al declarar: “quien desprecia o persigue a los judíos, inflige daño a la Iglesia católica”.
“Aún espero que Yad Vashem reconsidere la candidatura de Roncalli como ‘justo de las naciones’, y que el Estado de Israel honre su legado en reconocimiento a todas sus buenas obras – concluye el artículo de Tenembaum –. Las nuevas generaciones deben conocer la grandeza de este hombre”.