El país sudamericano vivirá una instancia clave este 25 de octubre -tras un fuerte estallido social en octubre de 2019- que podría derivar en una nueva Constitución con aspectos que podrían afectar a la familia “Estamos en un escenario donde una nueva Constitución, incluso puede desconocer el derecho a la vida”. Así de categórica es Constanza Delegeon, periodista quien ha seguido de cerca el debate de la agenda valórica en los últimos 5 años en Chile. “Es necesario que la actual o la nueva Carta Magna reconozca la vida de todas las personas; no sólo de algunos”, complementa la periodista.
Para Trinidad Ried, fundadora y directora de Fundación Vínculo, la discusión que se abre por una posible nueva Constitución “es una oportunidad para debatir y escuchar”. “Porque al acoger la experiencia y visión del otros podemos superar los profundos dolores que tenemos como sociedad. Es por eso es tan necesario subir el nivel de la discusión y no quedarnos sólo en una ley o derecho”, agrega.
¿Por qué en Chile se discute una nueva Constitución? El abogado e investigador del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES) Guillermo Pérez Ciudad lo explica: “El mundo político encontró como salida, después del estallido social del 18 de octubre del año pasado, fijar un plebiscito para decidir si se necesita una nueva Carta Magna, la que fuera reconocida por todos. Esto pasará este 25 de octubre donde 14 millones de chilenos decidiremos si queremos o no redactar un nuevo marco de derechos, institucionalidad, etcétera”.
La actual Constitución data de 1980 y fue escrita durante la dictadura militar. A pesar de las múltiples modificaciones que se han hecho desde la llegada de la democracia en 1990 en adelante, para miles de personas no tiene validez por haber haberse escrito e implementado durante ese doloroso período de la historia de Chile.
En esa misma instancia de votación los chilenos también elegirán qué tipo de órgano deberá redactar la eventual nueva Constitución. Y para esto existen dos alternativas: la primera es la Convención Mixta Constitucional, que está compuesta en un 50% de parlamentarios y un 50% de ciudadanos elegidos exclusivamente para este fin, y la segunda una Convención Constitucional, un órgano completamente elegido entre los ciudadanos.
Debido a lo anterior es que el sacerdote Enrique Opazo, director de la Fundación Refugio de Cristo en la diócesis de Valparaíso, en una homilía a inicios de septiembre dijo que quería ser “constituyente”.
El presbítero ha participado en distintas comisiones en el Senado y en la Cámara de Diputados en proyectos de leyes que afectan a la familia “la gente no sabe que en el Congreso se está discutiendo la ley ESI (Educación Sexual Integral) y también la idea de quitarle la autoridad a los padres a niños a partir de los 14 años”.
El padre Opazo es enfático en señala que le corresponde como ciudadano y sacerdote defender los valores que la Iglesia cree que son indispensables para Chile. ”No veo a nadie que esté defendiendo los valores de la iglesia y nos puede pasar una aplanadora porque no estamos preparados. Por eso yo quiero poner la voz y el cuidado en este proceso. Por eso quiero presentarme como candidato a ser constituyente”.
Para el sacerdote la discusión queda sólo en lo emotivo o en lo que se dice en los matinales en la televisión. “En las sesiones en participé en el Congreso siempre veía a una mamá con un letrero que decía ‘No se metan con mis hijos’; bueno de eso se trata no le entreguemos la patria potestad al Estado; son los padres. Hay valores que se sustentan en la naturaleza y en la revelación de eso se trata”, esbozó.
El presbítero revisó el canon de Derecho Canónico, específicamente en el 278, donde encuentra sustento para participar y postular en una posible elección como constituyente.
Todos los estamentos de la Iglesia, desde sacerdotes, laicos comprometidos, medios de comunicación católicos y obispos han llamado a votar informados y con esperanza este domingo 25 de octubre.
El arzobispo de Concepción, monseñor Fernando Chomalí, en una carta que publicó algo tan necesario hoy en Chile: “A los católicos se nos presenta una gran posibilidad de dar ejemplo de cultura y amistad cívica. El testimonio de cada uno de nosotros en este tiempo que vive el país puede ser fuente de paz, de fraternidad y de unión. Con una actitud ejemplar estaremos mostrando que es posible el diálogo, la convivencia pacífica y los acuerdos”.
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