Amordazado, desnudo y recibiendo latigazos. Las imágenes difundidas a través de las redes sociales y en aplicaciones como Whatsapp son realmente apabullantes. Sin embargo, muchos aplaudieron. Y eso preocupa mucho.
El caso de un joven negro de 17 años torturado a manos de guaridas de seguridad de un supermercado de Sao Paulo (Brasil) en el mes de agosto se ha transformado por estas horas en tema de conversación luego de que las imágenes se hicieran virales.
En base al testimonio de la víctima recogido por la Policía y reproducido por medios como Folha de S.Paulo, la “sesión de tortura” había durado unos 40 minutos y el motivo habría sido el robo de barras de chocolate del establecimiento.
A continuación el tuit del medio brasileño con la divulgación de lo acontecido y advirtiendo al lector sobre la violencia implícita:
TORTURA | Adolescente é despido, amordaçado e chicoteado por furtar chocolate de supermercado na zona sul de SP. Seguranças da rede Ricoy são investigados por torturar rapaz https://t.co/eTVwFvL56upic.twitter.com/PL1udjHrLe
— Folha de S.Paulo (@folha) September 3, 2019
A medida que la agresión continuaba, agrega el adolescente, los guardias se burlaban e ironizaban. “¿Vas a volver?”, le preguntaban, según señaló el propio joven.
Luego de que todo esto tomara estado público, desde el supermercado en cuestión se emitió un comunicado en el que se expresa repudio a los casos de violencia que ocurrieron dentro del recinto y se indicó que los involucrados eran tercerizados, al tiempo de indicar que ya no prestan servicios en el lugar.
“Nos sorprendió el contenido de una tortura gratuita y sin sentido a la víctima adolescente (…) Ricoy ya ha proporcionado un trabajador social para hablar con la víctima y la familia. Brindaremos todo el apoyo que necesiten”, expresa.
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Una reacción que preocupa
Pero más allá de las imágenes y diversos pronunciamientos, lo acontecido con este joven afrodescendiente brasileño abre varias interrogantes, principalmente por el “aplauso” de varios de los que pudieron apreciar lo que se hizo público.
“Lo más impactante es el apoyo de parte de la sociedad brasileña a la tortura de quien roba un chocolate. Una buena parte de la sociedad. En los comentarios y mensajes que recibimos, mucha gente dice que fue poco, que merece ser azotado. Que merece la pena de muerte. Y piensan que quien lo hizo merece ser reconocido, no castigado”, señaló a BBC Mundo, por ejemplo, el abogado Ariel de Castro Alves, integrante del Consejo Estatal de Derechos Humanos (Condepe) que acompaña el caso.
Castro Alvez va más allá y reflexiona que las imágenes de tortura que se hicieron públicas impactan, pero no sorprenden.
“Desafortunadamente, esta es una realidad común. Lo difícil es tener imágenes para demostrarlo”, prosigue en diálogo con BBC Mundo.
“Probablemente en este caso, los perpetradores mismos de alguna manera quisieron jactarse y mostrar orgullo por lo que hicieron. Así que lo grabaron”, añade.
Y sentencia: “Hay un aumento en la barbarie e incivilidad en la sociedad brasileña (….)”.
Es por ello que de fondo aparece lo que es considerada como la persistencia de un “racismo estructural” que tiene sus bases en la época de la esclavitud, siendo uno de los grandes países receptores de esclavos africanos en épocas anteriores, algo que comenzó para llevar a cabo producción de caña de azúcar allá por Siglo XVI.
Por todo esto es que el tema de los afrodescendientes en Brasil vuelve a generar atención a través de gestos que parecen de antaño, pero que en los hechos queda de manifiesto que están más vigentes que nunca.
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