Los médicos lograron que naciera con vida pese a que su mamá estaba mantenida artificialmente desde una hemorragia cerebral a las 16 semanas de embarazo. Se llama Eliska y nació el pasado 15 de agosto en el Hospital Facultativo de Brno, en Chequia. Su caso es el de un nacimiento contra todo pronóstico que ha sorprendido a la comunidad médica. No dudan en llamarla “bebé milagro”.
La madre de la criatura es una joven checa de 27 años que, estando embarazada de 16 semanas, sufrió una hemorragia cerebral a causa de una malformación genética. Desde entonces, el diagnóstico era la muerte cerebral de esta mamá.
El hospital -informa Radio Prague International– comunicó que el feto, en aquel momento, pesada unos 250 gramos solamente, pero el equipo médico consideró que con respiración asistida y manteniendo sus funciones vitales era posible llevar adelante la vida del bebé que estaba en camino.
Casi 4 meses más creciendo en el vientre de su madre
Se trataba de intentarlo y lo consiguieron. Eliska es una preciosa niña que ha estado 117 días en el vientre de su madre creciendo a pesar de que ella estaba en muerte cerebral. Nació el 15 de agosto por cesárea, porque los médicos consideraron que seguir dentro del útero podía ser contraproducente.
«Lo más destacado -aseguraron desde el centro de salud- es la duración de la hospitalización y, consiguientemente, el tamaño y madurez alcanzados por el feto, que llevó a superar los dos kilogramos, lo que es único».
La mamá de Eliska tuvo unos ataques de epilepsia durante el primer embarazo y entonces se le diagnosticó una malformación arteriovenosa. El día 21 de abril, ya embarazada de su segundo bebé (Eliska) se le produjo una hemorragia cerebral para la cual no hubo solución médica. Pese a ello, los médicos sí lograron estabilizar su actividad pulmonar y renal, así como el flujo de alimento que llegaba al feto.
Eliska llegó al mundo con un peso de 2,130 kilos y una altura de 42 centímetros y se encuentra en perfecto estado de salud.
El médico: “Esto confirma la gran fuerza de la vida humana naciente”
«Este caso es muy raro y entrará en los anales de la medicina mundial. Y confirma la gran fuerza de la vida humana naciente», señaló el doctor Pavel Ventruba, jefe del Departamento de Ginecología y Maternidad del Hospital Facultativo de Brno.
Por su parte, el director del Hospital Facultativo de Brno, Roman Kraus, explicó el proceso: “En todo momento se monitorizaron las funciones vitales de la madre y estuvo conectada a la ventilación, así como se le administraron alimentos y medicinas. Además, cada día realizábamos una ecografía para ver el desarrollo del bebé y en la semana 34 vimos que si no nacía de forma natural su vida podría estar en peligro”.
La implicación de médicos, enfermeras y familia
A pesar de la tristeza que supuso para la familia saber que la mamá se encontraba en muerte cerebral y que la situación era irreversible, el equipo médico y la familia se volcaron para sacar adelante al bebé.
Las enfermeras y los familiares daban masajes al vientre de la gestante, hablaban al bebé, le ponían música y trataban de crear el mismo entorno que habría querido generar su mamá en condiciones normales. Incluso la abuela leía cuentos a Eliska. Con una máquina, además, se generaba en el cuerpo de la madre movimiento de forma que el bebé percibía la sensación de caminar en el vientre de mamá.
Hubo cuatro episodios difíciles, porque se produjeron cuatro brotes infecciosos debidos, en parte, a la situación de la madre. Sin embargo, el doctor Ventruba considera que todo resultó positivo: «El embarazo, a pesar de todas una serie de complicaciones increíbles, se desarrolló muy bien desde el punto de vista del niño. Como si no hubiera pasado nada».
Ola de solidaridad
El padre de Eliska es un policía de la localidad de Třebíč, al sureste de la República Checa, a 70 kilómetros de Brno. Su situación generó una ola de solidaridad en todo el país. Numerosas personas quisieron colaborar en la recaudación de fondos para que pudiera llevar adelante el tratamiento médico que requería la bebé.
Ya en casa, esta bebé milagro recibe -además del padre- la atención de su tía, quien la está amamantando.
Eliska, el nombre de la bebé, es el diminutivo de Elizabeth en checo. Su origen es hebreo y significa “promesa de Dios”.