Santa Josefina Bakhita nació en Darfur, Sudán, en el continente africano. Fue secuestrada cuando aún era una niña y vendida como esclava en distintas ocasiones. Durante sus años de esclavitud sufrió la humillación de ser tatuada, haciéndole 114 incisiones que fueron "curadas" echando sal en las heridas para evitar que se infectaran.
Después de 10 años de maltratos, conoció a su último "amo", quien la llevó a Italia, donde su vida se transformó completamente al conocer a Jesús. Su conversación fue tan profunda que, no solo perdonó a sus captores, sino que les agradeció por haberlo hecho, ya que de otro modo no hubiera sido cristiana ni religiosa.
Conoce más de su historia con este video.