La frontera norte, la que une a Colombia con Ecuador, se ha transformado en los últimos meses en una zona que ha despertado la atención de diversos sectores de la sociedad. Es ahí donde la violencia, el narcotráfico y hasta el nombre “Guacho” (que hace referencia a Walter Patricio Artízala Vernaza líder del Frente Oliver Sinisterra, grupo disidente de las FARC) han estado ganando la pulseada en detrimento de una población que se ha convertido en víctima.
Es ahí, en la localidad de San Lorenzo, donde a comienzos de 2018 un atentado con coche bomba irrumpió cual trueno antes de que se desate una fuerte tormenta, hecho que mereció incluso un mensaje especial del papa Francisco. Es en esa zona donde en el mes de abril otra noticia conmovió a nivel internacional: el secuestro y el asesinato de tres periodistas.
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“Mirada más responsable”
La iglesia, tanto en Colombia como en Ecuador, no ha sido ajena al dolor y sufrimiento de la población que padece este escenario que se presenta conflictivo. Desde un primer momento ha estado llevando voz esperanza e incluso hasta convocada a buscar vías de diálogo con “Guacho” a través de Eugenio Arellano, presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, un cura español de reconocida tarea pastoral como misionero en Esmeraldas e inconfundible por su capacidad de cercanía y “callejeo”.
En los últimos días, en ese intento “darle voz a los que no tienen voz”, hubo un paso más a través de un encuentro pastoral de obispos de ambos países de la frontera colombo-ecuatoriana en la ciudad de Ipiales (Nariño, Colombia).
Fue ahí que a través de un comunicado lanzaron un fuerte llamado a “los gobernantes a nivel local, regional y nacional para dar una mirada más responsable a las situaciones sociales de frontera de tal forma que las acciones impacten más apropiadamente a esta realidad”.
Al mismo tiempo, hacen referencia al diálogo de las autoridades y la “coordinación de las entidades que tienen compromiso con los migrantes, internos de las cárceles, etnias, mundo rural y cuidado ecológico”.
“Queremos leer los nuevos desafíos presentes en la frontera para trazar caminos pastorales que nos permitan impactar de forma positiva en estas situaciones y ayudar al progreso espiritual y humano de nuestros pueblos”, expresan.
“Ante los nuevos desafíos retomamos el proceso de pastoral fronteriza y acordamos encuentros que revitalizarán esta dinámica pastoral”, sentencian en el comunicado los obispos, quienes una vez más reflejan un fuerte compromiso para con los más vulnerables de una zona que bien sabe lo que es lidiar con las amenazas de grupos armados y todo lo que ello conlleva.
Iglesia en frontera colombo-ecuatoriana hace llamado a gobiernos a dar una mirada más responsable a la situación social de este territorio#sharejourney
— CáritasLatinoamérica (@caritasalc) September 27, 2018
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