No todos los que vagan por el mundo andan perdidos…
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Irlanda tiene una larga y rica historia de peregrinaciones a lugares sagrados, que se remonta a san Patricio, el gran “Apóstol de Irlanda”.
Según la tradición, agotado y fatigado por sus actividades apostólicas, san Patricio buscó un lugar apartado para ayunar y orar por el pueblo de Irlanda. Subió a la montaña ahora conocida como “Croagh Patrick” y permaneció allí los cuarenta días de Cuaresma, pidiendo a Dios que tuviera misericordia con el pueblo de Irlanda.
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En los siglos que siguieron a la campaña misionera de san Patricio, creció un fervor religioso que tomó como lema “peregrinatio pro Dei amore”, es decir, “peregrinando por el amor del Señor”. Esta sola frase inspiró a numerosos hombres y mujeres en Irlanda a viajar a lugares distantes en honor del Dios Trino.
En un sentido real, cumplieron esa frase tan citada del escritor católico J.R.R. Tolkien: “No todo el que vaga está perdido”. Y es que no estaban vagando sin rumbo, sino con un propósito espiritual específico, viéndose a sí mismos como peregrinos en este mundo.
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Esta idea asumió varias formas durante los primeros años de la fe cristiana en Irlanda, pero el deseo de viajar a un lugar santo en busca de Dios siguió siendo un tema común.
Una de las rutas de peregrinación más antiguas es Croagh Patrick, donde los peregrinos continúan yendo, siguiendo los pasos de san Patricio. El último domingo de julio se conoce como “Reek Sunday” y atrae a miles de peregrinos que ascienden a las alturas de la montaña en reparación de sus pecados.
Otro antiguo lugar de peregrinación es la isla de Lough Derg, comúnmente llamada “Purgatorio de San Patricio”. La isla recibe peregrinos desde el siglo V y es famosa por su rigurosa peregrinación de tres días. Incluye ayunar, caminar descalzo, repetir “oraciones de las estaciones” y mantener una vigilia de 24 horas.
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Durante los últimos años, el santuario de Nuestra Señora de Knock, lugar de una singular aparición mariana en el siglo XIX, ha sido también el destino de miles de peregrinos cada año.
Hay muchos otros lugares de peregrinación por toda Irlanda, que ahora han compuesto su propio “Camino”, dando a los peregrinos la oportunidad de embarcarse en un viaje de arrepentimiento y descubrimiento.
Allá donde fueran, los peregrinos irlandeses “vagaban” por la gloria de Dios, invocando Su ilimitada misericordia mientras viajaban a estos lugares santos. Fue una parte esencial de su espiritualidad y continúa inspirando a muchos otros que buscan acercarse a Dios.