Además de algodón, seda o piel de vacuno, en las prendas de Mosquetón debería poner 100% amor a Santi.
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Begoña Relats es una empresaria catalana del sector de la moda. Lleva toda su vida entre prendas, hilos y clientas. Lo ha experimentado con su madre en tienda y profesionalmente creció con la empresa Aïta, que se convirtió en un referente de éxito en España como cadena de tiendas para complementos.
Su secreto era el buen gusto de los fulares, los bolsos y la bisutería que vendían (un fulard de Aïta podía convertirte en “chica posh”) y Begoña era parte esencial de ese éxito porque se encargaba de la búsqueda de proveedores. Visitó numerosos países, se adentró en otras culturas… Hace unos años su familia vendió Aïta y ella andaba a la caza de un nuevo horizonte.
En lo personal, Begoña era una mamá feliz y activa desde que nació su primera hija, María, en 2011. En noviembre de 2013, las cosas dieron un vuelco a su vida. Nació su hijo Santi con síndrome de Down, leucemia y una cardiopatía congénita: un canal atrioventricular completo.
Por Facebook pidió oraciones a todo el mundo sin cesar y muchas personas conocieron por primera vez cómo una madre joven se enfrenta a la enfermedad de un hijo con uñas y dientes. Decir que son como leonas es poco, y lo más asombroso era la alegría con que Begoña iba dando noticias. Así, Santi se hizo querer desde el comienzo de una manera especial.
Atendido en el Hospital San Juan de Dios de Barcelona, lo que Santi ni se imaginaba era que a Begoña esto le supuso un cambio extraordinario de planes: al tocar la realidad de los niños síndrome de Down, se propuso aportar su “know how” a la inserción social de las personas con capacidades distintas.
Así nació Mosquetón, una marca de moda competitiva y que busca la comercialización de productos con una filosofía muy precisa: dar a conocer la diversidad de las personas como un valor social. Son #diversitylovers.
La empresa da trabajo a personas con capacidades especiales (síndrome de Down, autismo u otras), comunica este espíritu desde sus productos y etiquetas hasta su venta al público, y sobre todo ha hecho que Begoña construya puentes entre familias que pasan por la misma experiencia. La solidaridad, la empatía y la unión se notan en cada frase.
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Un mosquetón es una pieza que engancha y une. Y eso es lo que espera Begoña. Ella anota en el blog de la web los testimonios de personas y empresas que comparten esta filosofía de vida. Transmite optimismo, lanza sugerencias y va formando red de iniciativas empresariales y sociales.