El ‘ojo morado’ de Francisco y su fuerza de voluntad para persistir en su misión dejan secuelas y muchas tareas por hacer a favor de la paz, la reconciliación y la justicia social “¿Cómo siguió el Papa de su ojito, hay pobrecito”, inquirió una señora cristiana evangélica alejada de la Iglesia católica por motivos personales. “La perseverancia del Papa me ha dado fuerza para decir: me alzo temprano para trabajar con alegría”, dice otra señora, taxista, en Bogotá. Y agrega: “El Papa es un ‘berraco’ (en jerga, es decir, persona que pone mucho empeño para realizar algo), 80 años, levantarse a las 4,30 am para luego estar en cada ciudad a tiempo y atender la gente, allí también en donde dormía (nunciatura apostólica en Bogotá) y no importarle el dolor (en referencia al accidente en papamóvil)”.
Los colombianos de pie, católicos y no, están llenos de esperanza, entusiasmo y alegría por la tercera visita de un pontífice a su país (6-10 de septiembre 2017). Dos días sin muertos, la huella del paso del papa Francisco por Bogotá. Un paso adelante…se constata en las manos que empuñan las armas de la delincuencia y que hicieron un alto. Ya los bogotanos decían bromeando que el Papa Francisco había hecho un primer milagro: ‘que hubiera menos huecos en el asfalto de la capital colombiana’.
Sin embargo, además de los gestos de misericordia del Papa y la acogida que tuvo por parte de la gente en respuesta al evento más importante en décadas en Colombia (3.500.000 millones de personas participaron a las celebraciones en el país), cabe recordar que la ciudad de Bogotá, que fue la encargada de darle la bienvenida y acogerlo todos los días antes de salir a cumplir cada itinerario, se lució en la organización de su gente y el hito de haber logrado tener pocos incidentes en materia de seguridad, entre otros, y la histórica cifra de cero homicidios.
El dato es muy significativo, según las autoridades del Distrito, si se tiene en cuenta que en el último año hubo 1.263 homicidios en Bogotá, es decir 3,4 muertos por día.
Por otro lado, el cese con el ELN se hace cada vez más concreto. El jefe de los diálogos del gobierno con el ELN, Juan Camilo Restrepo, dijo en una entrevista con el diario El tiempo, que el cese del fuego bilateral con esa guerrilla es concreto. El cese iniciará el próximo primero de octubre y terminará el 12 de enero. Además, se garantizará la seguridad de los territorios por parte del ejercito. Un país que se pone en camino, aún lo accidentado que pueda ser ese sendero.
La visita del Papa también podría haber ablandado la coraza dura de los guerrilleros del ELN que además, sin precedentes, aceptaron que la Fuerza Pública pueda actuar incluso contra sus hombres, en el caso de que hayan delitos. “No hay ningún territorio vedado para que el Ejército cumpla con sus obligaciones”, sostuvo Restrepo. Un acuerdo definitivo no se verá de inmediato. Con las Farc pasaron cuatro años. Y el ELN persigue intereses distintos con su movilización.
Asimismo, el acuerdo de las FARC prosigue con su implementación; cierto no hay marcha atrás pero existen altos y bajos. La crónica reporta que hay ‘colados’ en el proceso. Las FARC están llamadas a sacar de sus listas de ‘prisioneros políticos’ (en las cárceles colombianas) a los narcos que se iban a infiltrar y el Gobierno ha indicado que no lo permitirá. Por eso, resuenan las palabras del Papa sobre la reconciliación que no se alcanza sin justicia.
Otra noticia importante en el contexto del viaje del papa Francisco a Colombia y sus consecuencias, especialmente en la lucha contra el narcotráfico, ha sido la posibilidad de sometimiento a la justicia por parte de la banda criminal del ‘clan del Golfo’, que es una organización narcoparamilitar que forma parte del conflicto armado en Colombia. Cierto, se verá si hubo conversión de corazones. Pero son noticias que hacen esperar en que los primeros pasos comienzan a darse, en un itinerario de conciliación que se lleva adelante desde hace más de 35 años.
En este sentido, se necesita seguir el camino cada día para ir al encuentro del otro, en búsqueda de la armonía y de la fraternidad, parafraseando al Papa en su último discurso en Cartagena. El país no se puede quedar quieto. Después de la fiesta, ahora viene el trabajo por una paz duradera.