…y las campañas institucionales de prevención lo omiten
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El suicidio es la primera causa de muerte externa en España. Tanto es así que en 2014 se quitaron la vida 3.910 personas, es decir más de diez al día y los hombres lo hicieron el triple que las mujeres.
Desde los inicios de la crisis, las muertes por esta causa han aumentado un 20% (en 2007 hubo 3.263 suicidios) y, de hecho, mueren más del doble de personas suicidándose que por causa de accidentes de tráfico. Son datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), publicados el pasado 30 de marzo de 2016, donde se muestran las “defunciones según la causa de muerte en 2014”.
Sin embargo, las administraciones españolas, que hacen campañas para prevenir los accidentes de tráfico, el consumo de tabaco y drogas o la violencia de género, ante los suicidios miran hacia otro lado.
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Los hombres, más del triple que las mujeres
La nota de prensa del INE informaba de que en 2014 “se produjeron en España 395.830 defunciones, 5.411 más que en el año anterior” y que la mayoría de esas defunciones se debieron a causas naturales, o sea que 380.927 personas fallecieron de forma natural, “lo que representó el 96,2% del total”.
En cuanto a las otras 14.903 muertes por causas externas (9.388 de hombres y 5.515 de mujeres), el informe del INE destaca que “el suicidio se mantuvo como la primera causa de muerte externa (con 3.910 fallecimientos), seguida de las caídas accidentales (2.749) y del ahogamiento, sumersión y sofocación accidentales (2.370)”.
Además, los hombres, con 2.938 suicidios, triplicaron de largo los de las mujeres (972). Y hay que resaltar también que se dan más casos de suicidios entre los jóvenes que entre las personas de mayor edad.
Más información: La gran paradoja: la tasa de suicidios es mayor en los países más felices
El doble que en accidentes de tráfico
Otra de las causas de los fallecimientos por causas externas son los accidentes de tráfico, con 1.873 víctimas en 2014 (1.429 hombres y 444 mujeres), situándose como la quinta causa externa.
Se puede constatar que los suicidios representan más del doble de fallecimientos que los que causan los accidentes de tráfico.
Además, según los datos del INE, las muertes como consecuencia de los accidentes de tráfico, han seguido una evolución descendente, en gran medida debido a las constantes campañas de las Administraciones para prevenirlos, hasta llegar a 3.030 fallecimientos en 2008 y caer hasta los 1.873 en 2014.
Sin embargo, en el caso de los suicidios, la evolución ha sido en sentido contrario, es decir que han ido aumentando con el tiempo, sobre todo desde 2008 (3.457 víctimas), cuando las muertes por suicidio superaron por vez primera a las causadas por accidente de tráfico.
Más información: La gente no se suicida por problemas económicos, hay más en el fondo
El silencio de las administraciones
Pero, a pesar de la realidad que muestran estas estadísticas contrastadas, las Administraciones permanecen mudas ante el constante incremento de los suicidios en España, sobre todo entre la gente más joven.
En este sentido, cabe resaltar que países como Noruega, Suecia, Dinamarca o Reino Unido, a diferencia de España, tienen proyectos de prevención de este tipo.
Así, por una parte, los sucesivos gobiernos españoles han dedicado muchos recursos a campañas de prevención de los accidentes de tráfico, con los positivos resultados obtenidos en los últimos años y concienciación de la población ante el problema, como han hecho también ante las muertes que causan el consumo de tabaco y drogas, o ante las víctimas de la violencia machista, donde el número de víctimas mortales es significativamente inferior.
Pero, al mismo tiempo, han ignorado el incremento de los suicidios, como advertía en la información de El País Santiago Durán-Sindreu, psiquiatra especialista en suicidios del Hospital de Sant Pau de Barcelona.
Este experto alertaba entonces de que la tendencia ascendente de los suicidios es muy preocupante: “parece que este fenómeno ha llegado para quedarse.
Sea cual sea la causa, y decir que solo ha influido la crisis económica es un argumento muy reduccionista, el incremento de casos es de suficiente magnitud para que las instituciones públicas trabajen en planes de prevención”.
Durán-Sindreu apuntaba a un factor de tipo cultural: “el suicidio sigue siendo un tema tabú a todos los niveles“, concluía.
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