"Regresé a la fe hace tres años y medio y ha cambiado mi vida completamente, para bien"
“Así que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire. Más bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo quede descalificado” (1 Corintios 9:26-27)
Bas Rutten, nombre famoso en el mundo de las artes marciales mixtas (MMA por sus siglas en inglés), reveló a Sam Guzman en Catholic Gentleman el orgullo que siente de su fe católica y cómo reza piadosamente el rosario en latín, asiste a misa con regularidad y a menudo cita a santo Tomás de Aquino. Según declaró a Guzman:
“Regresé a la Fe hará unos tres años y medio (…), cambió mi vida en todo lo que hago, todo para mejor”.

Rutten explicó a Guzman la forma en que su fe le ha ayudado a desarrollar una vida de oración muy profunda.
“Lo primero que hago cuando me levanto es preparar café, me llevo el café a la cama y leo las ‘lecturas diarias’. Luego leo las ‘reflexiones’ sobre esas lecturas para asegurarme de que las he comprendido, mientras me tomo mi café y me despierto del todo. Luego me levanto, escojo un lugar tranquilo, normalmente en el patio trasero, y rezo el rosario. Si tengo que trabajar en ese momento pero luego tengo tiempo para ir a la misa de mediodía, rezo el rosario después de misa. Si no puede ser, busco cualquier momento durante el día o incluso antes de acostarme. El rosario es una forma estupenda para relajarse antes de dormir”.
Probablemente lo que más sorprenda a algunos es que mientras ha ido creciendo en su fe católica después de retirarse de la lucha, Rutten sigue activo en el mundo de la MMA y ha sido comentarista, entrenador y ayuda a otros a perfeccionar sus técnicas de lucha.
Para muchos cristianos, la MMA puede parecer algo “bárbaro” y demasiado violento, pero Rutten no piensa igual.
“‘Big’ John McCarthy, el árbitro más famoso [en la MMA], lo explicó estupendamente: ‘Tienes la combinación de 4 deportes olímpicos, taekwondo (patadas), boxeo (puñetazos), lucha libre y judo (sumisión)’. ¿Está bien que la gente vea estos deportes pero no podemos mezclarlos?”.

Hay versiones de la MMA que llevan miles de años en el mundo y que incluso se remontan a los primeros Juegos Olímpicos, con el nombre de pankration o pancracio.
Era un tipo de lucha sin reglas que incluía boxeo, lucha libre, patadas y presas; básicamente, hacer todo lo posible por derrotar al oponente (con la excepción de morder y sacar los ojos del adversario).
Hay académicos que creen incluso que san Pablo estaba entrenado en este deporte o que, como poco, lo conocía muy bien, según se deduce de referencias en sus cartas.
La MMA, aunque pueda parecer violenta y contraria al cristianismo, ha sido acogida por muchos cristianos.
De hecho, según informa The Conversation, “más de 700 iglesias evangélicas de EE.UU. integran la MMA (también conocida como cage-fighting, por el ring enjaulado) en sus programas de ministerio” como un esfuerzo para conectar con los hombres.
Un documental reciente,
Al fin y al cabo, el deporte enseñó disciplina y esfuerzo a Rutten, algo que aplica a su práctica de la fe católica. Según dijo a Guzman:
“¿Quieres mejorar en la lucha? Entrena. ¿Quieres mejorar en la vida? Aprende sobre la fe”.
Rutten cree firmemente que la fe católica es para todo el mundo y aconseja a los no creyentes que “suelten sus teléfonos y ordenadores, que se olviden DE SÍ MISMOS por una vez y de sus ‘me gustas’ y demás chorradas de redes sociales, y que dediquen tiempo de verdad a leer/aprender sobre la fe y sobre las preguntas fundamentales y el propósito de la vida”.

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