El 22 de junio de 2016, el Papa Francisco daba su catequesis acostumbrada cuando quiso enseñar a los fieles y peregrinos que lo escuchaban una oración especial para antes de ir a dormir, exhortándolos a hacer lo mismo.
«Les voy a hacer una confidencia. Yo hago esta oración todas las noches», dijo ante los fieles y peregrinos presentes en la plaza de San Pedro en el Vaticano. «En la noche antes de ir a dormir yo rezo esta breve oración»:
«Señor, si Tú quieres puedes purificarme» y luego rezo cinco Padres Nuestros, uno por cada llaga.
«Esto lo hago yo. Pero, ustedes también lo pueden hacer en su casa. Y piensen en las llagas de Jesús, Él siempre nos escucha», expresó el Pontífice durante su catequesis. En esa ocasión, el papa Francisco estuvo dando una serie de catequesis sobre la misericordia desde la visión evangélica, y tocó predicar sobre el milagro de la sanación del leproso (Lc 5, 12-16).
El Pontífice enseñó que las llagas modernas de Cristo están en los que sufren y, a través de un gesto concreto, pidió a los fieles tocar las heridas de los «excluidos» y «marginados».
Jesús escucha siempre la oración
Por otro lado, el Obispo de Roma insistió en español en que Jesús escucha siempre la oración «hecha con humildad y con confianza y rechazando todos los prejuicios humanos». Jesús «se muestra cercano para enseñarnos que no tenemos que tener miedo de acercarnos y tocar al pobre y al excluido», agregó.
Entretanto, instó a que no hayan más personas marginadas como indica el Evangelio en el episodio del leproso curado por Jesús. «Ahora es uno de nosotros. Pensemos en nuestras miserias. Cada uno tiene las suyas». «Pensemos con sinceridad: cuántas veces las cubrimos con la hipocresía de la buena educación. Entonces, es mejor en soledad rezar: "Señor, si quieres puedes purificarme"». Luego, invitó a los presentes a clamar la oración tres veces:
«Señor, si quieres puedes purificarme».