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La Navidad es la época del año en la que debemos sentirnos festivos. Sin embargo, aunque el período previo al gran día puede estar lleno de emoción, también puede causar mucho estrés a muchas personas por diferentes razones.
Ya se trate de las prisas por comprar regalos, de la ansiedad por preparar comida para una multitud o de la presión por las relaciones tensas, esta una época del año que puede dejar a la gente abrumada, físicamente exhausta y emocionalmente agotada. En esos momentos, las Escrituras pueden ofrecer la paz, perspectiva y tranquilidad que tanto necesitamos.
1Cuando te sientes abrumado por el ajetreo
"Venid a mí todos los que estáis fatigados y agobiados, y yo os aliviaré. Llevad mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vosotros. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera".
Este versículo nos recuerda que debemos hacer una pausa y llevar nuestras preocupaciones a Cristo. Es una invitación a dejar de lado la presión de manejarlo todo por nuestra cuenta y confiar en que no necesitamos llevar cada carga por nosotros mismos.
2Cuando la ansiedad por la perfección nos invade
"No se inquieten en absoluto, sino que en toda ocasión, mediante la oración y la súplica, con acción de gracias, presenten sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús".
Este pasaje nos anima a dejar de lado la necesidad de que todo sea perfecto. En lugar de preocuparnos por los detalles, se nos recuerda que debemos acudir a Dios en oración y permitir que Su paz tranquilice nuestros corazones y nuestras mentes.
3Cuando luchas por encontrar la alegría en medio del caos
"No te entristezcas hoy, porque la alegría en el Señor es tu fortaleza".
Este versículo pone de relieve que la alegría no depende de que todo vaya bien. Se trata de encontrar fuerza en la presencia y las promesas de Dios, incluso cuando la vida se presenta agitada. Un momento de gratitud y reflexión puede reavivar ese sentimiento de alegría.
4Cuando te sientes aislado o solo
"No temas: yo estoy contigo; no te angusties: yo soy tu Dios. Te fortaleceré, te ayudaré, te sostendré con mi diestra victoriosa".
Para quienes se sienten desconectados o solos durante las fiestas, este versículo es un reconfortante recordatorio de que Dios siempre está presente. Su fuerza y su cuidado son constantes, incluso en los momentos de soledad.
5Cuando las relaciones familiares son tensas
"Soportaos unos a otros y perdonaos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro; como el Señor os perdonó, así también haced vosotros".
Las fiestas pueden hacer aflorar las tensiones familiares. Este pasaje anima a tener paciencia y a perdonar, recordándonos que la reconciliación es un reflejo del amor que Dios nos tiene.
6Cuando las responsabilidades te agotan
"No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo recogeremos nuestra cosecha, si no nos damos por vencidos".
Cuando el peso de las responsabilidades nos parece demasiado, este versículo nos recuerda suavemente la importancia de la perseverancia. El trabajo que hacemos, ya sea por nuestros seres queridos o por los demás, tiene un propósito y dará fruto con el tiempo.
7Cuando te preocupan las finanzas
"Así que no os preocupéis y digáis: '¿Qué hemos de comer?' o '¿Qué hemos de beber?' o '¿Qué hemos de vestir?'. Todas estas cosas las buscan los paganos. Vuestro Padre celestial sabe que las necesitáis todas. Pero buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se os darán por añadidura".
Este pasaje nos llama a confiar en la provisión de Dios. Es un recordatorio de que debemos centrarnos en el significado más profundo de la temporada en lugar de dejarnos consumir por las preocupaciones materiales.