En la Misa de apertura de la última sesión del Sínodo sobre la Sinodalidad, el 2 de octubre de 2024, el Papa Francisco pidió a los participantes que "no se enreden en un diálogo de sordos, en el que cada uno intenta dar su propio giro a las cosas". Dirigiéndose a los 368 miembros de la asamblea de octubre en la plaza de San Pedro, les recordó la importancia de lo que está en juego en el Sínodo y les pidió que se expresaran libremente en un clima de oración y amistad.
En una larga procesión formada por laicos, religiosos, religiosas, sacerdotes, obispos, patriarcas y cardenales de todo el mundo, los participantes en el Sínodo subieron lentamente por la plaza de San Pedro hasta ocupar sus puestos en la plaza, delante de la basílica, junto al altar mayor desde el que el Papa celebraba la Misa.
La víspera, todos ellos se habían unido al sucesor de Pedro para confesar los "grandes pecados" cometidos por la Iglesia católica a lo largo de la historia, en particular los abusos sexuales cometidos en su seno, durante una vigilia del perdón organizada en la basílica en un formato sin precedentes.
Culminación de un proceso que comenzó en 2021, la sesión de octubre debería desembocar en un documento final votado por los participantes y presentado al Papa. Este documento podría incluir todas o algunas de las orientaciones decididas por los miembros del Sínodo sobre temas tan amplios como la gobernanza, el lugar de las mujeres y de los laicos o la cultura de la transparencia que es necesario reforzar en la Iglesia.
En su homilía, el Papa subrayó la importancia de las cuestiones en juego en este proceso, iniciado en las diócesis de todo el mundo tres años antes. "Los temas a tratar son grandes y delicados" y "los escenarios en los que se enmarcan son vastos y universales", subrayó.
"Relajar los músculos"
Pero también pidió a los participantes que no convirtieran el Aula Pablo VI del Vaticano -donde se reunirán en octubre- en "una asamblea parlamentaria". Luego dio esta instrucción: "liberarnos de aquello que, en nosotros y entre nosotros, puede impedir que la 'caridad del Espíritu' cree armonía en la diversidad". Y añadió: "Los que presumen y se arrogan la exclusiva no están en condiciones de escuchar la voz del Señor".
Aunque este Sínodo ha sido a menudo objeto de temores tanto por parte de los conservadores como de los reformadores, el Papa hizo un llamamiento al espíritu de sacrificio.
"Tengamos cuidado de no convertir nuestras aportaciones en puntos a defender o agendas a imponer, sino ofrezcámoslas como dones a compartir, dispuestos incluso a sacrificar lo particular, si esto puede servir para hacer surgir juntos algo nuevo según el plan de Dios", propuso.
Dirigiéndose en particular a los participantes expertos y capaces de "intuiciones brillantes", el Pontífice argentino pidió que sean capaces de "relajar los músculos". Esta asamblea, prosiguió el Papa, "debe permitir a cada uno sentirse libre de expresarse y sentir a su alrededor la presencia de amigos que le quieren y que respetan, aprecian y quieren escuchar lo que tiene que decir".
El resto del programa
Esta tarde, en una sesión de tres horas y media en la Sala Pablo VI, los participantes escucharán las introducciones del Pontífice y de los responsables de la secretaría del Sínodo -el cardenal Mario Grech, secretario general, y el cardenal Jean-Claude Hollerich, relator-, así como una presentación de los trabajos de 10 comisiones creadas por el Papa sobre temas "candentes" que surgirán durante la sesión de octubre de 2023. El Grupo de Estudio de los Obispos de África (SECAM) y una comisión de derecho canónico también compartirán sus avances.
Del 3 al 18 de octubre, los miembros se reunirán alternativamente en 36 pequeños grupos lingüísticos de unas diez personas -conocidos como "círculos menores"- y en asamblea plenaria, donde todos podrán hablar libremente durante un tiempo limitado. Debatirán los principales puntos del Instrumento de Trabajo, el texto que guía los debates publicado el pasado mes de julio.
Redacción del documento final
Durante la última semana de la Asamblea, los trabajos se centrarán en la redacción del "documento final", conclusión de tres años de reflexión. La primera sesión, en octubre de 2023, dio lugar a un simple resumen de los debates.
El documento final se leerá durante la sesión de la mañana del 26 de octubre y se votará por la tarde, párrafo por párrafo, por mayoría de dos tercios. La jornada concluirá con un discurso del Papa Francisco.