Mykola Horbal, un miembro del parlamento ucraniano retirado, ha estado renovando una iglesia en su pueblo natal de Latacz (Ucrania) durante cinco años. El poeta y ex activista de derechos humanos inició el aparentemente loco proyecto de devolver la iglesia, que estaba llena de basura y prácticamente en ruinas, a su función original: el culto.
Comenzó solo y sacó fondos de su modesta jubilación para renovar el exterior del edificio. Hoy cuenta con el apoyo de donaciones para continuar el trabajo.
“Tras el cierre de la finca colectiva, la iglesia permaneció vacía durante varios años y empezó a desmoronarse. Mi padre no podía soportar verlo en ese estado. Pensó para sí mismo: 'Mucha gente ha rezado a Dios aquí'. Ya no podía permanecer pasivo ante este sacrilegio”, dice el hijo de Mykola, Andriy Horbal.
Mykola Horbal dirige la obra desde Kiev, y no pasa un día sin que él le pida al Señor que le conceda salud para completar este proyecto. “En lugar de un espíritu de desolación, es el Espíritu Santo el que debe morar aquí”, continúa su hijo.
En Facebook, Andriy informa sobre el progreso del trabajo. Electricidad, ventilación, frescos… Por el momento, todo queda por hacer dentro de la iglesia.
“Se ha realizado un modelo 3D con las dimensiones exactas de todas las superficies… La prioridad ahora es preparar el diseño litúrgico interior. Invito a participar en él a todos los especialistas interesados en el proyecto”, escribe Andriy Horbal en un post en la red social.
Fue granja colectiva y vertedero
La iglesia, construida a finales del siglo XIX, fue inicialmente el hogar de una comunidad católica polaca de unas 30 familias. Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, los habitantes fueron deportados y, bajo el dominio soviético, el edificio se transformó en una granja colectiva. Finalmente, se utilizó como vertedero. Cuando Mykola Horbal comenzó su proyecto de renovación, se necesitaron 26 camiones de basura para vaciar la iglesia y el terreno adyacente.
Para la unión entre polacos y ucranianos
El hombre de 81 años recupera la iglesia para que se ponga bajo el patrocinio de San Juan Pablo II. Espera que sea un lugar de oración, pero sobre todo un signo de reconciliación entre ucranianos y polacos. Ya no reside ninguna comunidad polaca en la zona, por lo que el obispo de la diócesis de Lviv, el obispo Mieczysław Mokrzycki, decidió confiar la iglesia a la comunidad greco-católica de la aldea.
Mykola Horbal, su hijo Andriy y muchas personas de buena voluntad seguirán trabajando a diario, hasta el día en que la alabanza resuene una vez más desde las paredes de la iglesia.
El pasado 10 de septiembre, Mykola Horbal cumplió los 81 años y su hijo animó a todos a ayudar a su padre en este empeño de recuperar la iglesia:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10159144800230081&set=pb.612375080.-2207520000..&type=3
Decía:
"¡Hoy mi papá Mykola Horbal celebra su 81 cumpleaños! Ahora en su pueblo Letyachy (región de Ternopil) mi padre continúa restaurando la iglesia católica del siglo XIX. Creo que se alegrará si, como regalo, recibe una donación para ayudar a restaurar el templo: 4149 4993 4554 5014. ¡Gracias!".
*Artículo actualizado por la edición en español de Aleteia.