En muchas ocasiones se suele recurrir al ayuno para pedir por una gracia especial como la recuperación de un enfermo en la familia o un don espiritual personal como por ejemplo aumentar la fortaleza interior. En esta etapa de Cuaresma, los cristianos estamos invitados especialmente a poner en práctica el ayuno que es una forma más de oración.
Origen bíblico
¿Y si nos proponemos hacer una novena de ayuno? De hecho, rezar durante nueve días tiene un origen bíblico. Los apóstoles lo hicieron como preparación para esperar una gracia muy especial que era la venida del Espíritu Santo. De la misma manera nosotros podemos voluntariamente hacer un ayuno para abrirnos a los tesoros de la gracia que vienen con él.
Como dice el Papa Francisco, "cuando el ayuno es vivido como una experiencia de privación con sencillez de corazón, ‘acumulamos’ la riqueza del amor recibido y compartido. Así, nuestro obrar contribuye a amar más a Dios y a los demás".
Al ayunar renunciamos a cosas y nos liberamos de aquello que nos estorba en el camino de vivir una experiencia de amor más plena. Somos capaces de abrir las puertas de nuestro corazón, hacer espacio y llenarnos de bondades para nuestra vida y las de los que nos rodean. Esto es algo que podemos hacer un día a la vez.
Para seguir la novena, lee en la galería de imágenes una propuesta para cada día: