San Salvatore in Lauro se encuentra en el corazón de Roma, muy cerca de la Piazza Navona, Este santuario conserva, desde 1600, una réplica exacta de la Virgen de Loreto y una asombrosa cantidad de reliquias de santos queridos en todo el mundo, entre ellos, el Padre Pío.
Entre las varias reliquias conservadas aquí del Padre Pío, la más importante es la sangre de sus estigmas, que fue recogida por el actor e hijo espiritual del santo, Carlo Campanini, del corporal ubicado sobre el altar mientras el santo de Pietrecina celebraba la santa Misa.
Este era el único momento en que se podían ver sus estigmas, ya que siempre los tenía cubiertos; y era en el momento de la consagración en donde el santo perdía más sangre. Campanini conservó cuidadosamente esta sangre y, años después, su hija lo donó al santuario.
Reliquias obsequiadas por san Jan Pablo II
A parte de esta valiosa reliquia que se encuentra en un busto de plata de Padre Pío, los fieles también pueden ver un guante, una estola, algunas vendas manchadas con su sangre y su manto, que cada 23 del mes, día en que se lo recuerda, es puesto en los hombros de cada fiel como signo de bendición.
Estas últimas reliquias fueron donadas por san Juan Pablo II, ya que en este santuario se reúnen el grupo de oración de Padre Pío de toda la región del Lacio.
Además, aquí se regruarda también una hermosa estatua del Niño Jesús que san Pío adoraba, él lo llamaba el “Bambinello dei baci” (el Niñito de los besos) porque cada vez que pasaba delante de la imagen -que se encontraba afuera de su celda- le dedicaba una pequeña oración y lo besaba. Este hermoso Niño Jesús solo se lo puede ver durante la época de Navidad.
Un santuario que alberga reliquias de grandes santos en el corazón de Roma
Aunque el santuario realmente es como la casa del Padre Pío en Roma, aquí no solo se conservan sus preciadas reliquias, sino que también es posible venerar las reliquias de otros importantes santos.
Cada 28 de octubre, día en que se lo recuerda, es expuesta una reliquia de san Judas Tadeo (un hueso de su brazo).
Además, se conservan algunas vestiduras litúrgicas de san Juan Pablo II, una papalina, y un pedazo de camisa empapada con su sangre de cuando recibió el ataque en 1981. así como una reliquia ex corporis (una parte del cuerpo) de san Josemaría Escrivá.