Un estudio comprueba que la actividad cerebral de la escritura en el teclado no es igual a la escritura manual.
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El campo que no se cultiva no da frutos. Y lo mismo ocurre en el cerebro con las neuronas que no estimulamos. Por eso es tan importante mantener activas las partes del cerebro que reaccionan a la escritura manual. Si no tomamos notas, quedan en desuso y nuestra inteligencia se reduce. ¿Sirve de algo tomar notas en una reunión, entonces, o es una costumbre del pasado?
A pesar de que todos nos hemos volcado en los últimos años en la escritura sobre el teclado de un ordenador o de una pantalla, no podemos olvidar que el cerebro necesita “trabajar” todas sus áreas. Entonces, ¿no es suficiente el teclado?
Un equipo de investigadores dirigido por Anne Mangen, de la Universidad de Stavanger (Noruega), y Jean-Luc Velay, de la Universidad del Mediterráneo de Marsella (Francia), llevó a cabo un estudio comparativo entre las áreas cerebrales que son estimuladas al escribir en ordenador y las áreas que trabajan cuando se toman notas a mano.
El resultado fue muy esclarecedor. Al escribir a mano, se activan las capacidades cerebrales de tres áreas distintas:
- La capacidad visual, porque no perdemos de vista lo que escribimos sobre el papel.
- La capacidad motora, porque empleamos un lápiz o bolígrafo y lo deslizamos sobre el papel formando letras, de modo que no realizamos un movimiento azaroso sino que adoptamos decisiones acerca de qué dirección toma el lápiz.
- La capacidad cognitiva, porque debemos recordar cada letra y decidir si es esa la que queremos escribir al formar términos.
Gutenberg tenía algo de razón cuando escribió: “He formado un ejército de veintiséis soldados de plomo capaces de conquistar el mundo”.
Con estas letras, las personas que empleamos el alfabeto latino podemos desplegar todo el saber. Pero lógicamente necesitamos que el cerebro esté en los mejores condiciones posibles para “jugar” con ellas. Así que no podemos dejar que se apague la capacidad cognitiva que se activa con la escritura a mano.
El cerebro es un tejido configurado por las neuronas y su plasticidad hace que podamos “crecer” en actividad si nos ejercitamos. La escritura a mano es un caso muy claro de esa posibilidad, y al mismo si dejamos de practicar, las neuronas no ofrecerán todo su potencial.
¿Mejor en el teclado o a mano?
¿Y para nuestro cerebro es mejor escribir en el teclado o a mano? El estudio de investigación arroja luces sobre esta pregunta: “La escritura a mano implica una actividad neuronal más intensa, ya que cuando alguien escribe obliga al cerebro a enfocarse en lo que desea y a crear imágenes mentales. Eso le ayuda a familiarizarse con lo que se desea y en consecuencia a lograrlo”, afirmó Jean-Luc Velay.
A raíz de estas conclusiones, los investigadores han emprendido una campaña en favor de la escritura a mano en las escuelas, para que no se pierda todo el potencial de los niños. Mangen y Velay animan a hacer caligrafía y aseguran: “Escribir a mano ayuda a los niños a mejorar sus habilidades motrices, a aprender a expresarse y a generar ideas, porque exige que compongan la frase mentalmente antes de redactarla de su puño y letra”.
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Después de leer a estos expertos, si vemos que el niño no recibe esa educación en la escuela, será conveniente promoverla y pasar a la vía práctica: aprender en casa. Puede ser divertido escribir sobre distintos soportes, hacer redacciones y descubrir cómo es la letra de cada miembro de la familia. Eso implica no solo a los pequeños sino también a los papás, a los abuelos…
Además, para los mayores nos viene bien activar la parte del cerebro de la escritura manual, como si fuera “ir al gym”.
Gracias a la escritura tenemos la posibilidad de desarrollar bonitos vínculos afectivos con familiares o amigos que se encuentran lejos.
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¿Hace cuánto que no escribes una carta? Anímate. Coge un papel y envía unas palabras a alguien a quien aprecias. Estoy segura de que le alegrarás el día cuando encuentre en su buzón un sobre con su nombre manuscrito.
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