El lugar, los asuntos legales… desde el anuncio de su compromiso, la fecha del enlace era uno de los grandes interrogantes
La pedida de mano
Ambos dijeron en su primera entrevista televisada como pareja en la BBC que fue algo muy sencillo pero romántico.
Ambos se encontraban cocinando pollo en el cottage donde viven desde hace unas semanas cuando Harry se inclinó sobre una de sus rodillas y le pidió casarse con él (con previo consentimiento de su abuela, la reina Isabel II, y de los padres de ella).
[protected-iframe id=”51f1171f2d1986d7dfaa5cb0429f9e33-95521297-93014404″ info=”d.getElementById” ]
Ella de la emoción no lo dejaba terminar su discurso y sólo repetía: “¿Ya puedo decir que sí, ya puedo decir que sí?”
El anuncio
La pareja dio las buenas nuevas desde el jardín Sunken del Palacio de Kensington, uno de los favoritos de Diana (incluso, hace poco los príncipes William y Harry le rendían honor a su madre allí por los 20 años de su fallecimiento). Tanto el abrigo como los zapatos que utilizó Meghan Markle ya están agotados.
El anillo
La pieza fue diseñada por el propio Harry. El gran diamante central es de Botswana, un lugar muy significativo para ambos, ya que han vacacionado muchas veces allí y es donde realizan la mayor parte de su labor social. Los dos diamantes de los lados son de la colección personal de Diana, los cuales Harry quiso incluir para sentir que su madre estaba acompañándolos en este importante paso.
¿Meghan tendrá que ser bautizada?
Aunque Markle se defina hoy como protestante, asistió a una escuela católica, así que esta semana se espera que sea bautizada bajo los preceptos de la iglesia de Inglaterra, de la que es cabeza la Reina Isabel II. Su madre, Doria Ragland, es protestante; mientras que su padre, Thomas Markle, es episcopalista. Asimismo, esta semana le será otorgada su ciudadanía británica (sí, ser de la realeza tiene sus privilegios legales), quedando anulada su ciudadanía norteamericana según las leyes de ese país.
Lugar de la boda
La ceremonia -que será pagada en su totalidad por la familia real- se llevará a cabo en la capilla de St. George, dentro del castillo de Windsor, que tiene una capacidad para 800 personas (1200 menos que la Abadía de Westminster, donde se casaron William y Kate). Hoy ha quedado confirmado que será así.
La última boda real que se llevó a cabo allí fue precisamente la del padre de Harry, el Príncipe Carlos, con Camilla Parker Bowles en el 2005.
Esta capilla tiene más de 500 años y además de ser el sitio escogido para muchos matrimonios de la realeza británica, también es el lugar donde han sido enterrados múltiples monarcas, incluidos los bisabuelos de Harry, el Rey Jorge VI y la Reina Madre; incluso, es donde la propia Reina Isabel II desea ser enterrada.
¿Habrá un gran beso real?
Aunque ya se confirmó que la boda será televisada, el lugar es bastante sencillo (estamos hablando en los estándares de la realeza, por supuesto) y no cuenta con un gran balcón donde la pareja pueda salir a darse un beso como lo hicieron William y Kate.
Sin embargo, al ser una pareja tan joven y enamorada (y algo tan esperado por la gente), los expertos en cuestiones reales se atreven a adivinar que posiblemente lo hagan al salir de la capilla.
Fecha de la boda
Será el 19 de mayo de 2018. Por un lado, hay que esperar a que nazca el tercer bebé de los duques de Cambridge, William y Kate, que es en abril; y por otro, Harry no quería esperar demasiado… no porque haya un embarazo en puerta, sino porque la salud de su abuelo, el príncipe Felipe de Edimburgo (96 años), está bastante comprometida y él desea que esté presente. Sin duda, los organizadores tuvieron que ponerse a correr para poder tener todo listo a tiempo para una ceremonia de esta relevancia.
La madrina
Aunque con Kate era bastante claro que sería su hermana Pippa, con Meghan el asunto es más complicado. Ella sólo tiene un medio hermano y una media hermana del primer matrimonio de su padre y no tiene una buena relación con ninguno.
Su media hermana, Samantha, es 16 años mayor que ella y tienen casi 10 años que no se hablan… además, ella ahora está escribiendo un libro sobre ser la hermana de una princesa y eso no ha ayudado mucho, aunque Samantha afirme que no se trata de revelar secretos, sino que estará enfocado en el tema de que Meghan es biracial y ella no.
En cuanto a su padre, tampoco tiene una relación cercana con él desde que se divorció de su madre hace 30 años.
De hecho, el príncipe Harry todavía no lo conoce en persona, aunque ya él ha dicho que le gustaría llevar a su hija al altar tras anunciarse el compromiso.
¿Quién podría ser la madrina de Meghan entonces? Por preferencia, podría ser su mejor amiga, la actriz hindú y ex Miss Mundo Priyanka Chopra, pero es una suposición y también se debe contar con la difícil aprobación de la corona.
Las malas lenguas: ¿ella planeó todo?
Justo después del anuncio del compromiso, una antigua “amiga” de la infancia de Meghan le vendió a un diario británico una foto de ambas frente al palacio de Buckingham cuando tenían 15 años.
Según ella, Meghan mintió al decir que no sabía mucho de la realeza antes de conocer a Harry y que siempre deseó ser una princesa. Ya sabemos quién no será dama de honor…
Su futuro profesional
Aunque heredó de su padre el amor por el cine y la televisión (él es productor), Meghan tendrá que abandonar su profesión de actriz para dedicarse a los deberes reales.
Su rol más relevante fue estar durante siete temporadas en la serie Suits. Asimismo, en abril de este año cerró su blog personal The Tig, donde ella hablaba de viajes, gastronomía, moda y belleza… en su momento, muchos lo atribuyeron a su relación con Harry y hoy se confirma.
Markle afirmó en su entrevista a la BBC que no se trata de renunciar a algo que ama, sino de empezar un nuevo y mejor capítulo en su vida.
¿Bebés?
Aunque ella ya tiene 36 años (tres más que Harry), ambos dijeron que se tomarán un paso a la vez y que esperarán para tener hijos… ¿Un año, meses, días? El tiempo lo dirá.
En cuanto al vestido, vamos a tener que esperar unos meses más… aunque lo más probable es que se trate de un diseñador británico para demostrar el compromiso de Meghan Markle con el pueblo inglés.