Bodas de algodón, de porcelana, de estaño, de oro, de platino… Celebrar vuestro aniversario de bodas es la ocasión para demostrar que vuestro amor sigue auténtico como el primer día. Sin embargo, ¿conocéis el sentido cristiano de los aniversarios de boda?
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La liturgia cristiana ofrece regularmente momentos de fiesta. ¿Por qué la Iglesia concede tanta importancia a esta dimensión festiva? Para recordar los acontecimientos fundadores de la fe, para situarla en la historia para que el mensaje se transmita de generación en generación.
“Escucha, Israel”, dice el más joven de la familia en la noche de la fiesta judía de la Pascua, repitiendo un pasaje del Deuteronomio que relata la historia del pueblo de Israel. La fiesta como anclaje en nuestra tradición.
Y si tenemos en cuenta la Biblia, ¡la logística no debe quedarse atrás en cuanto al número de invitados y el tiempo dedicado! Con una profunda alegría interior de telón de fondo.
No se trata de breves sentimientos de placer y de contento que dejan rápidamente “luego el corazón en la insatisfacción y quizás en la amargura”, como dijo san Juan Pablo II en su Carta apostólica Dies domini el 5 de julio de 1998.
En cambio, este estado es fruto de la convicción de ser amado incondicionalmente por Cristo.
Las fiestas son hitos que marcan el sentido de nuestras vidas.
Y nosotros, ¿dónde estamos en nuestra relación con la fiesta, en particular con el aniversario de boda? ¿Qué lugar ocupamos en este acontecimiento que forma parte de la historia de nuestra familia?
La ocasión de repetirse “Te elijo a ti”
Manuel me decía hace poco que su esposa insistió mucho en celebrar por todo lo alto sus 20 años de matrimonio y que él no estaba muy por la labor.
“Estaba feliz de señalar esta etapa”, le dijo ella, “porque, a pesar de los trances que hemos superado, hemos mantenido el rumbo e incluso mejor: hemos revisado nuestro proyecto de pareja. Y lo que es más, sería una forma de atestiguar ante nuestros hijos y nuestros amigos que el amor duradero es posible”.
Ella había comprendido el sentido cristiano de la fiesta: señalar la historia y la consolidación de su unión con su esposo.
Al comprometerse juntos usque ad mortem hace 20 años, participaron de la construcción de la historia familiar que se enriqueció desde entonces con todos los acontecimientos vividos, alegrías y penas, transiciones y travesías, llantos y risas.
Siempre estuvieron ahí, los dos, con su ardiente deseo de proseguir el camino.
Celebrar nuestro aniversario de boda viene a recordar la historia de nuestro matrimonio, a repetir las palabras fundadoras “Te elijo a ti…” y reafirmarla delante de testigos.
Esta fiesta es también la ocasión de reunir a familiares y amigos y de compartir esta alegría juntos alrededor de una buena comida.
Celebramos la Pascua cada domingo por petición de Cristo. Y ustedes, ¿cuándo celebran su amor?
Aquí algunos famosos cuyos matrimonios resisten la prueba del tiempo: