Compartir comidas alegres y fraternales contribuye a la fortaleza de la familia. ¿Y por qué no traer al Señor a este momento? No debe ser ajeno a esta alegría:
Una comida integral sería, en efecto, una comida que comienza con la bendición de la mesa y termina con las gracias.
Si buscas una linda oración para recitar después de la comida, piensa en la oración escrita por san Juan Crisóstomo: