Las tradiciones en torno al árbol de Navidad han ido cambiando gradualmente en los últimos 100 años. En el pasado, los árboles de Navidad solo se colocaban en casa en Nochebuena, y luego se dejaban durante aproximadamente un mes, hasta enero.
Desde que la cultura occidental adoptó el árbol de Navidad como símbolo secular de la Navidad, las tradiciones han cambiado.
Algunas familias introducen el árbol de Navidad en noviembre y lo retiran inmediatamente el 26 de diciembre. Esta tradición secular no tiene ninguna relación con el año litúrgico católico, sino que se centra más en lo que se ha convertido en la época navideña "dominante".
Orientaciones litúrgicas
Si buscas directrices de la Iglesia católica sobre tu árbol de Navidad, la respuesta más clara viene de la Conferencia del Episcopado Estadounidense (USCCB):
"El tiempo litúrgico de Navidad comienza con las Misas de vigilia de Nochebuena y concluye en la fiesta del Bautismo del Señor. Durante este tiempo, celebramos el nacimiento de Cristo en nuestro mundo y en nuestros corazones, y reflexionamos sobre el don de la salvación que nace con él… incluido el hecho de que nació para morir por nosotros".
La fecha es movible
Aquí es donde puede haber un poco más de confusión, ya que el Bautismo del Señor es una fiesta movible, dependiendo del día en que caiga la Epifanía en el calendario romano.
En las diócesis que celebran la Epifanía el 6 de enero, el Bautismo del Señor cae el domingo siguiente. En otros lugares donde la Epifanía se celebra el primer domingo que cae entre el 2 y el 8 de enero, entonces el Bautismo del Señor podría tener lugar, o bien el domingo siguiente, o bien un lunes (esto sucede si la Epifanía se celebra el 7 o el 8 de enero).
La fecha límite para el Bautismo del Señor es el 13 de enero. El Tiempo Ordinario comienza al día siguiente de esta fiesta.
La Navidad se extiende
Si se quiere celebrar el ciclo histórico de la Navidad, este se extiende incluso más allá del Bautismo del Señor. Tradicionalmente, la fiesta de la Candelaria (la Presentación del Señor) tiene lugar el 2 de febrero y marca la conclusión final del ciclo navideño.
Esencialmente, corresponde a cada familia discernir cuándo quitar su árbol de Navidad. La Iglesia ofrece algunas orientaciones, pero cada familia es libre de ajustar sus tradiciones personales como mejor le parezca.