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Mientras que la Iglesia católica oriental tiene directrices muy específicas sobre el ayuno durante el Adviento, los católicos romanos no las tienen.
No siempre fue así, ya que en épocas pasadas el tiempo de Adviento se parecía más a la Cuaresma en la Iglesia Católica Romana.
Tradición occidental del ayuno
En la Iglesia católica occidental (romana), existía una tradición de ayuno separada durante un tiempo llamado "Adviento Embertiano", que corresponde a la tradición de los Días Embertianos. Se trataba de una costumbre litúrgica que giraba en torno al cambio de las cuatro estaciones y consistía en 3 días apartados para el ayuno y la oración.
También había normas específicas para ayunar durante esos tres días y se celebraban Misas especiales. Por estas razones se la conocía como una "mini Cuaresma", resaltando la importancia de la oración y el ayuno.
Según el Código de Derecho Canónico de 1917, esto incluía lo siguiente:
La ley de abstinencia prohíbe comer carne y caldo de carne, pero no excluye el uso de huevos, leche y productos lácteos (queso y mantequilla), y cualquier condimento, incluso los elaborados con grasa animal.
La ley del ayuno ordena que solo se tome una comida completa al día, pero no prohíbe una pequeña cantidad de comida por la mañana y por la noche. En cuanto al tipo de comida y la cantidad que puede tomarse, deben observarse las costumbres aprobadas en la localidad. Se puede comer pescado y carne en la misma comida. La comida completa puede tomarse por la noche y la colación a mediodía.
El ayuno en el Adviento
Estas normas ya no están en vigor y los católicos romanos no tienen ninguna obligación de ayunar durante el Adviento.
Una pequeña forma de ayunar es abstenerse de comer carne los viernes de Adviento.
Si quieres que el Adviento tenga un carácter más penitencial, preparando tu corazón para la Navidad mediante el ayuno, consulta a tu director espiritual o confesor antes de tomar una decisión importante.
