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Se formó como médico, pero su verdadera pasión era el misticismo medieval. Antes de ordenarse sacerdote esto le trajo conflictos; pero también le permitió contribuir a la vida espiritual de numerosos creyentes.
Hace cuatrocientos años, en diciembre de 1624, nació Johann Scheffler en Breslau, Silesia (hoy Breslavia, Polonia). Fue el primero de tres hermanos y vivió en un hogar luterano de origen alemán y polaco.
Scheffler estudió Medicina y Filosofía en la Universidad de Estrasburgo (Francia), la Universidad de Leiden (Países Bajos) y la Universidad de Padua (Italia).
Mientras estudiaba en los Países Bajos, su interés por el misticismo medieval comenzó a florecer. En aquella época, a mediados de la década de 1640, los Países Bajos eran una especie de refugio para místicos y otras personas cuyos puntos de vista les habían llevado a terrenos religiosamente controvertidos.
En el caso de Scheffler, sin embargo, no se inspiró tanto en sus contemporáneos como en los místicos alemanes del siglo XIV y en los Padres de la Iglesia.
Tras completar sus estudios universitarios y licenciarse en Medicina, en la Universidad de Padua, Scheffler se convirtió en médico de la corte de un duque protestante en su Silesia natal.
Parecía que la carrera de Scheffler era prometedora, pero su pasión inconfesable por el misticismo empezó a suscitar la desaprobación de quienes le rodeaban, entre ellos su paciente, el duque. También cayó en desgracia entre el clero luterano local, y algunos llegaron a tacharle de hereje.
De la corte a los franciscanos
En junio de 1652, Scheffler abandonó (o muy posiblemente fue expulsado) su puesto de médico en la corte ducal. Entonces se convirtió al catolicismo, adoptó el nombre de "Angelus Silesius" e ingresó en la orden franciscana.
En 1657 se publicó su obra Frases rimadas sapienciales y epigramas propicios a la contemplación divina, de título imponente.
La segunda edición incluía material añadido y apareció bajo el título más agradable de El vagabundo querubínico.
Esta obra contenía unas mil 600 coplas rimadas de contemplación religiosa, y cosechó un impresionante número de lectores. Incluso siglos después hubo filósofos seculares -como Hegel y Schopenhauer- que expresaron admiración por la "profundidad de su perspicacia espiritual".
A diferencia de algunos místicos que se inclinaban por escribir largos ensayos, Silesius tendía a favorecer formas de expresión muy breves, que a menudo se reducían a unas pocas líneas de rima.
Aparte de sus escritos místicos, Silesius se convirtió en un gran polemista. Cada vez más ardiente en su oposición al protestantismo, publicó 55 tratados dirigidos contra varias denominaciones protestantes. Estos escritos se consideraban provocadores incluso para los estándares de acritud de aquel periodo religiosamente turbulento. También intentó persuadir a los protestantes de la región de Silesia para que regresaran a la fe católica.
Tras ordenarse sacerdote en 1661, Silesius se trasladó al monasterio de los Caballeros de la Cruz en Breslavia. Allí residiría el resto de su vida. Murió de tisis a los 52 años, el 9 de julio de 1677.
Su magnífico himnario, Los santos deseos del alma, incluía más de 200 piezas. Muchos han sido traducidos al inglés, y en YouTube se pueden encontrar versiones modernas de estos himnos.
Una visita a hymnary.org muestra que sus himnos han tenido una exposición significativa entre católicos y protestantes de muchas denominaciones. Y quizá el mayor tributo al atractivo de su obra sea que incluso iglesias de la confesión luterana que él abandonó utilizan sus himnos para realzar su culto.