El autor del libro Salvaje de Corazón, John Eldredge, describió el corazón de hombre y explicó que los hombres "necesitan un entendimiento profundo de por qué añoran aventuras, batallas y a una belleza"… y por qué Dios los hizo sencillamente así.
Añade también que los hombres deben entender el porqué las mujeres tienen el anhelo de que luchen por ellas y las lancen a la aventura; el anhelo de ser la Bella, pues Dios también las hizo así.
Por ende, la caballerosidad nos recuerda la capacidad que tiene un hombre de forjar su carácter y crecer en virtud, se pone en práctica el designio que Dios le ha otorgado.
El surgimiento de la caballerosidad
Desde siempre el hombre ha tenido la tendencia de vivir su masculinidad al máximo, dando pie a la caballería. La Edad Media fue un importante parte aguas.
"En aquella época, el caballero era aquel que defendía a una nación, a su patria y a la iglesia, yendo acorde a la justicia y a la rectitud", narró Cristóbal Fuentes para Aleteia.
Teniendo como base cuatro importantes principios:
1El honor
Guardaban la fidelidad y lealtad a la palabra dada ante todos, asistían al que lo necesitaba mientras guardaban obediencia a la Iglesia, se destacaba su generosidad y sobre todo su protección.
2La guerra
Protegían a los peregrinos de Jerusalén e incluso crearon hermandades militares.
3El amor
Todo caballero tenía una dama a quien servir y a quien encomendar sus batallas antes de ir a la guerra.
4El adiestramiento
Se formaban con destreza para las guerras y también predominaba su educación y modales pues, asegura Cristóbal, al ver a un caballero en la calle con su caballo, todos se sentían confiados.
La caballerosidad en la actualidad
Algunos hombres compartieron para Aleteia que sin duda es muy importante ser caballerosos, destacando que esta es una virtud que se desprende de una masculinidad bien desarrollada.
Para Getzemani Pulido, es de suma importancia, ya que "marca un gesto de gentileza en la sociedad, mostrando los valores de la persona que lo ejerce, creando confianza y seguridad para quien recibe este gesto, aun cuando parezca que se está perdiendo este valor".
En una sociedad donde constantemente se reprocha la caballerosidad por hacerla ver como un signo de superioridad o machismo -o que incluso, a través de ciertos discursos, invita al hombre a vivir nuevas masculinidades- Juan Covarrubias explicó lo siguiente:
"La masculinidad y caballerosidad se siembra desde pequeño por la figura paterna. Entendiendo que no es machismo, sino lo contrario. Nada es forzado, es un acto generoso y de humildad que implica sacrificio, que invita al hombre a poner en práctica el llamado que Dios le hace.
Es poner a la otra persona primero, cuidando de la dama y dando el respeto y cariño que se merece por el valor de ser hijas de Dios, yendo contra corriente a lo que la sociedad y las ideologías nos anteponen".
El ejemplo de todo Hombre
Cuando Dios le pide al hombre crecer en virtud y vivir su masculinidad al máximo para ser verdaderos caballeros, Dios mismo es quien les da el ejemplo, pues Él es siempre caballeroso, no solo en su vida terrena, sino que desde siempre lo ha sido.
Juan Covarrubias compartió: "Como hombres podemos ver a Dios, ya que Él es caballeroso, paciente y nunca se desespera, siempre nos ama y está listo para recibirnos de vuelta, para levantarnos, conquistarnos y guiarnos".
“La masculinidad inspira más masculinidad”
No tengas miedo de expresar tu masculinidad en un mundo donde se quiere erradicar. Te dejamos este último consejo que nos comparte Cristóbal Fuentes:
"Cuando se juntan los hombres en un apostolado o grupos parroquiales, es para fomentar esa masculinidad, porque la masculinidad crece a medida que es fomentada por más masculinidad. Es un don hermoso de Dios, un bello designio que no se tiene que rechazar ni asfixiar, sino fomentar".
