"Quien interprete que la bendición legitima el matrimonio entre personas del mismo sexo, o no ha leído el documento o tiene mala intención", afirma el cardenal Víctor Manuel Fernández, Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, en una entrevista concedida al diario español ABC el 27 de diciembre de 2023. En respuesta a las críticas, e incluso hostilidad, a la declaración Fiducia supplicans, publicada el pasado 18 de diciembre, que autorizaba bendiciones no litúrgicas para parejas "irregulares" (en particular homosexuales), afirmó que corresponde a "cada obispo local" hacer un "discernimiento" en su diócesis sobre cómo aplicar el texto.
Apenas unos días después de responder a la web católica estadounidense The Pillar, el cardenal Fernández ha vuelto a defender la declaración que firmó, con el asentimiento del Papa Francisco, esta vez en declaraciones a la prensa española.
"Si se lee el texto con igual disposición, se ve que sostiene con gran claridad y sencillez la perenne doctrina católica sobre el matrimonio y la sexualidad", ha explicado, respondiendo a los críticos que le acusan de haber cambiado significativamente la postura de la Iglesia sobre la sexualidad.
"La declaración afirma clara y coherentemente que se trata de bendiciones no ritualizadas, por lo que no se interpretan como matrimonio", insiste.
Estas bendiciones "son simplemente la respuesta de un pastor a dos personas que piden la ayuda de Dios", y no "un matrimonio", "una aprobación del estilo de vida que llevan" o una "absolución".
Diferentes contextos regionales
En los últimos días, varios cardenales, obispos y conferencias episcopales de todo el mundo -pero sobre todo de África- han cuestionado la claridad del texto, o simplemente han dicho que no quieren aplicarlo. Estas críticas, según el cardenal, expresan a menudo "la inoportunidad de dar bendiciones en sus contextos regionales, lo que podría confundirse fácilmente con legitimar una unión irregular".
En particular, reconoce la dificultad de aplicarlo en un país donde, como en África, existe "una legislación que castiga con penas de cárcel el simple hecho de declararse homosexual". Por tanto, "corresponde a cada obispo local hacer este discernimiento o, en todo caso, dar orientaciones complementarias", dice el prefecto argentino.
Pero, insiste, los obispos "no pueden estar en desacuerdo con esta doctrina" por todo ello. "Tendremos que acostumbrarnos a entender que si un sacerdote da este tipo de bendiciones sencillas, no está siendo herético, no está ratificando nada y no está negando la doctrina católica sobre el matrimonio", concluye el cardenal Fernández.