Campaña de Cuaresma 2025
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Este año, con motivo del Jubileo 2025, tenemos la oportunidad de ganar la indulgencia plenaria pasando por la Puerta Santa, ya sea en Roma o en la iglesia catedral de cada una de las Diócesis del mundo. Sabemos que con ella queda saldada la deuda que pudiésemos tener después de la muerte y que, necesariamente, nos hará pasar por el purgatorio.
Sin embargo, tal vez olvidamos que, dentro del tesoro de la Iglesia que resguarda las satisfacciones de Cristo y de los santos, también existen las indulgencias parciales.
Las indulgencias parciales
El Indulgentiarum doctrina del Papa Paulo VI dice de la indulgencia:
Esta remisión de la pena temporal debida por los pecados, perdonados ya en lo que se refiere a la culpa, fue designada con el nombre "indulgencia" (no. 8).
Y leemos en las reglas publicadas en el decreto Enchiridion de las indulgencias:
1 – La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, en cuanto a la culpa, que los fieles de Cristo, convenientemente dispuestos y bajo ciertas y definidas condiciones, obtienen con la ayuda de la Iglesia, la cual, como ministra de la redención, dispensa y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos.
El decreto menciona, además, que "la indulgencia es parcial o plenaria según que libere de la pena temporal debida por los pecados en parte o en todo".
Y lo más importante: "Todo fiel puede ganar indulgencias, tanto parciales como plenarias, para sí mismo o aplicarlas a los difuntos a modo de sufragio".
¿Cómo ganar las indulgencias parciales?
Existen obras que nos pueden ayudar a ganarlas a diario y varias veces durante el día. Por eso es bueno conocerlas para aprovecharlas, tanto para nuestro bien espiritual como para auxiliar a nuestros hermanos del purgatorio.
El Manual de indulgencias nos indica las obras con las que podemos obtenerlas. Mencionaremos solo algunas:
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que trabaje en enseñar o aprender la doctrina cristiana.
Use con devota actitud interna algún objeto de piedad debidamente bendecido por cualquier sacerdote o diácono.
Para su edificación personal, haga piadosamente oración mental.
Asista atenta y devotamente a otras formas de predicación sagrada de la Palabra de Dios.
Rece piadosamente el cántico “Proclama mi alma” (Magníficat).
Si al amanecer, al mediodía y al atardecer, rece devotamente la plegaria “El ángel del Señor”(Ángelus) con los versículos y la oración propia, o bien en el tiempo pascual la antífona “Reina del cielo” (Regina Caeli), también con su oración correspondiente.
Eleve fervorosamente a la Virgen María alguna de las oraciones aprobadas.
Invoque devotamente a su ángel custodio con una oración debidamente aprobada.
Que invoque devotamente a san José, Esposo de la Virgen María, con una oración debidamente aprobada
Y hay más, pero ya lo sabemos, tenemos muchas oportunidades para alcanzar indulgencias, no las desperdiciemos.


