Vivimos en un mundo roto lleno de corazones rotos y familias rotas. Aquellos de nosotros que estamos heridos debido a nuestra experiencia de la vida familiar podemos sentirnos abrumados por la desesperanza de todo.
Y mirar atrás a los días felices del pasado cuando las familias estaban intactas y santas, dando a sus hijos una ventaja en la santidad, eso parece. ¿Pero qué hay de nosotros? ¿Qué pasa con nuestros hijos?
Resulta que las familias disfuncionales no son un invento moderno, ni son inusuales en la vida de los santos. Si tu familia no es perfecta, pasa un tiempo con algunos de los muchos santos que saben de qué va eso.
San Félix de Valois (1127-1212)
Probablemente era hijo de un conde y una condesa que se divorciaron cuando Félix tenía alrededor de 13 años. Después del divorcio de sus padres y el nuevo matrimonio de su padre y la posterior excomunión, Félix decidió cumplir su deseo de vivir como un ermitaño. Finalmente fue ordenado sacerdote y ayudó a fundar la orden trinitaria en su vejez.
Beato Felipe Hong Pil-ju (1774-1801)
Nació en una familia coreana no católica. Su padre viudo se casó con la beata Columba Kang Wan-suk, quien pronto se convirtió al cristianismo y llevó a su hijastro Felipe a la fe. Pero el padre de Felipe ridiculizó a Columba y finalmente la dejó por una concubina. Felipe, mientras tanto, se quedó con su madrastra (y madre espiritual), ayudándola mientras dirigía la incipiente Iglesia en Corea y mantuvo a su único sacerdote a salvo durante seis años. En última instancia, Felipe, Columba y el beato Jaime Zhou Wen-Mo (el sacerdote) fueron arrestados y martirizados.
San Eugenio de Mazenod (1782-1861)
Nació en una rica familia francesa, pero la Revolución los obligó a huir como refugiados a Italia. Las dificultades financieras causaron tensiones en el matrimonio y los padres de Eugene se divorciaron, un hecho muy inusual en ese momento. La madre de Eugene aprovechó el divorcio como una oportunidad para burlarse de su exmarido, recuperar su dote y escribirle: "Ahora no tienes nada". Aunque Eugene trabajó para reunir a su familia, finalmente se dio por vencido y luego se convirtió en sacerdote, fundó los Oblatos de María Inmaculada y finalmente fue consagrado obispo.
Santa Margarita Bays (1815-1879)
Fue una costurera suiza de clase trabajadora que vivió en su casa hasta su muerte a los 63 años. El resto de la familia entraba y salía de la misma casa: su hermana, que se fue para casarse pero volvió de nuevo a casa después de que su matrimonio fracasara. Su hermano menor, que tenía un temperamento violento y terminó en prisión. Su sobrino, nacido fuera del matrimonio y confiado a Margarita para que lo criara. Su cuñada amargada, que acosó a Margarita durante años. Margarita era una mística con estigmas, pertenecía a la Tercera Orden Franciscana y vivía con dolor crónico. Pero lo que la identifica más es que tenía una familia difícil de amar y los amaba de todos modos.
Beata María Eugenia de Jésus (1817-1898)
Se crió en una familia francesa nominalmente católica. Cuando tenía 13 años, el negocio de su padre quebró y sus padres se separaron. Su único hermano se fue con su padre, mientras que María Eugenia se fue con su madre. Dos años más tarde, su madre murió, dejando a María Eugenia pasando de pariente a pariente. Ya adulta, María Eugenia escuchó la llamada de Dios a través de una poderosa homilía y fundó las Religiosas de la Asunción.
Santa Laura Vicuña (1891-1904)
Era joven cuando murió su padre. Su madre pronto se convirtió en la amante de un hombre violento y borracho, Manuel Mora. Laura estaba terriblemente herida por la elección de su madre, incluso más que por el abuso de Mora, y ofreció su vida en sacrificio por la conversión de su madre. Mora golpeó fuertemente a Laura ante sus insistencias cristianas y la niña quedó en la calle. Unas monjas la acogieron y por ayudar en el colegio a unas niñas durante una inundación cayó gravemente enferma y murió. Sin embargo, antes pudo contarle a su madre su promesa a Dios por ella, lo cual la hizo cambiar definitivamente.
Beato Pier Giorgio Frassati (1901-1925)
Vivía con el temor de que sus padres se divorciaran. Su matrimonio siempre había estado en problemas, y parece que los dos estaban a punto de divorciarse cuando murió su santo hijo. Al ver a las miles de personas que asistieron a su funeral, se inspiraron y finalmente encontraron algo de sanación en su matrimonio. El padre de Pier Giorgio, un ateo declarado durante la vida de su hijo, eventualmente también volvió a los Sacramentos.
Beato Lojze Grozde (1923-1943)
Nació fuera del matrimonio. Fue rechazado por sus padres y criado por sus abuelos maternos y una tía. Cuando la madre de Lojze se casó, el padrastro de Lojze solía ahuyentar al niño. Mientras regresaba a casa desde la universidad, Lojze fue registrado por comunistas, quienes descubrieron que llevaba La imitación de Cristo y un folleto sobre Fátima. Lojze fue torturado y martirizado.
Beata María Clementina Anuarite Nengapeta (1939-1964)
Nació de padres no cristianos en lo que ahora es la República Democrática del Congo. Era la cuarta de seis hijas. Después de la última, el padre de Anuarite dejó a su madre por otra mujer, con la esperanza de tener un hijo varón. Anuarite perdonó a su padre, incluso mientras trabajaba para ayudar a su madre a mantener a la familia. Más tarde ingresó a la vida religiosa y murió luchando contra un posible violador.