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Desde hace varios meses, el incremento de la violencia y la delincuencia a manos del crimen organizado en Ecuador se ha transformado en tema de máximas preocupación. Esta situación lo posicionó entre los países donde más crecieron los muertos por violencia en América Latina.
Según recordó recientemente un reporte de France 24, la nación sudamericana vivió un repunte de los asesinatos tras la masacre de nueve personas en el puerto pesquero de Esmeraldas. Esto en medio también de una difícil situación carcelaria que se ha convertido en noticia a nivel internacional por diversas masacres.
Por su parte, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, calificó recientemente a la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado como el «enemigo común» de Ecuador. Lo hizo durante un mensaje a la nación en los primeros días de abril en el que anunció la autorización la «tenencia y porte de armas de uso civil para defensa personal de acuerdo con los requisitos de la ley y el reglamento». Lo propio con respecto a la autorización del uso de aerosoles de gas pimienta para defensa personal, reproduce una nota de BBC Mundo.
¡Caminemos por la paz!
Es debido a esta situación de violencia e inseguridad que está viviendo Ecuador que en las últimas horas se ha convocado a participar de la caminata «5k por la Paz». Se trata de un recorrido que el próximo 24 de abril se iniciará en Guayaquil y culminará en la capital Quito.
Ese día también se tiene previsto entregar a las autoridades gubernamentales un manifiesto con pedidos del pueblo peruano, además de una misa que será presidida por el arzobispo de Guayaquil, monseñor Luis Cabrera.
Fuentes de la Iglesia consultadas por Aleteia en Ecuador confirmaron que se trata de una iniciativa de la Arquidiócesis de Guayaquil con el objetivo de que se sumen todas las diócesis del país con sus delegados.
Un llamado desde Esmeraldas
En los últimos días, quien también se pronunció a nivel de Iglesia en Ecuador fue Antonio Crameri, obispo del Vicariato Apostólico de Esmeraldas, la ciudad donde recientemente se vio conmovida por la masacre en el puerto.
Desde ese sitio de Ecuador se emitió también un llamado a la paz. «Es verdad que la violencia, las mafias, la injustica social, el abandono estatal y de nuestras autoridades, así como la violencia estructural tienen sometido a nuestra ciudad y provincia. Pero, aunque no es algo nuevo, hoy es una crisis sin precedentes y la comunidad esmeraldeña tiene miedo hasta de salir a las calles», expresó el obispo.
«Por eso estamos en una emergencia humanitaria. Esto se refiere a una situación en la que hay una amenaza inminente a la vida, a la seguridad y al bienestar de las personas que se encuentran en la población», prosiguió en otro pasaje de su mensaje el obispo.
Declaración de emergencia humanitaria
«(…) La declaración de una emergencia humanitaria, es una medida importante para garantizar la protección y el bienestar de la población afectada», continúa el obispo, quien también dejó de manera explícita algunos pasos como la evaluación técnica de la situación, así como el establecimiento de un marco legal o la propia comunicación y transparencia hacia la población afectada.
«La declaración de una emergencia humanitaria es una medida importante para avanzar hacia la Pacificación de Esmeraldas, ya que busca proteger a la población y asegurar su acceso a servicios básicos y derechos fundamentales», continuó el obispo a través de un mensaje al que tuvo acceso Aleteia.
«Tratando el tema como emergencia es más fácil establecer un marco de diálogo y pacificación. No podemos dejar ningún actor fuera del dialogo. La mediación puede ser una herramienta útil para avanzar hacia la pacificación y la resolución del conflicto», añadió.
«La vida humana es sagrada»
En tanto, más allá de estas iniciativas como la caminata por la paz u el mensaje desde Esmeraldas, también hubo un pronunciamiento este viernes 21 de abril de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana sobre esta etapa difícil que atraviesa el país latinoamericano.
«Exigimos, en nombre de Dios, a los violentos que abandonen las armas, que no maten a sus hermanos ni los extorsionen. ¡La vida humana es sagrada!», expresaron los obispos ecuatorianos en el marco de la 153 Asamblea General del Episcopado.
«Demandamos políticas públicas que favorezcan la paz, el diálogo, el estado de derecho, la seguridad pública, la inclusión de todos. Deben evitarse medidas populistas que, en lugar de enfrentar los problemas del país, lleven a una mayor violencia y desintegración», prosiguieron en otro de los puntos.
«Animamos, en nuestras diócesis y vicariatos, a realizar jornadas de oración que nos conduzcan al Padre que nos hermana; momentos de reflexión sobre las causas de la violencia; y acciones concretas que transformen estas realidades. ¡Como cristianos estamos llamados a construir puentes de reconciliación y de paz entre los ecuatorianos!», finalizaron los obispos ecuatorianos.