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¿Tienes por hacer un montón de tareas de la casa? Conviértelo en ocasión de encontrarte con Dios. Rézale esta oración del amo o la ama de casa:
Es tiempo de limpieza, de nuevo.
Pero esta vez quiero hacerla contigo.
No te ofendas si mis reflexiones no son elevadas
y solo estoy pensando en las cosas que tengo que hacer.
¡Tengo que abrir las ventanas! ¿Incluso las del alma?
Sí, si me repites: ¡Effetá! ¡Ábrete!
¡Ábreme a los demás y a la vida!
¡Tengo que dejar que la luz del sol me acaricie!
¿Qué cosa hay más hermosa? ¡Que no sea yo de los que prefieren la oscuridad!
"Llegó la luz, pero las tinieblas no la acogieron".
¡Tengo que disfrutar de la luz! Como quien ama el bien y sale a la luz.
¡Tengo que tirar las cosas viejas! ¡Tú también estás continuamente "limpiándonos"!
"He aquí, yo hago nuevas todas las cosas".
¡Tengo que organizar viajes familiares al campo!
¡Darme cuenta de lo hermosas que son tus obras!
Campos de flores, con colores más hermosos que las vestiduras de un rey.
Y yo también, como un prodigio. Todo alrededor es un florecimiento, un renacimiento.
De verdad hazme creer que harás florecer cada desierto.
Dame Señor, una fe sencilla, una visión "pascual" de mi vida y de mis relaciones.
Amén.
50 oraciones para los buscadores de esperanza, Stephanie Perna, Effata Editore
