A Man Called Otto (traducida según los países como Un hombre llamado Otto, Un vecino gruñón, El peor vecino), parece otra más de las comedias relajadas de domingo, presumiblemente buena porque actúa Tom Hanks, de esas que sirven para pasar el rato. Sin embargo, termina siendo una película muy humana y cálida que contiene un hermoso mensaje, sencillo, pero potente.
La película está basada en la novela de Fredrik Backman Un hombre llamado Ove.
Un vecino gruñón es una película agradable (como existen ya pocas). Tiene una cualidad relajada de cotidianidad y belleza, que de alguna manera nunca parece desesperada ni falsa, sino que le da un carácter tranquilizador como una taza de té caliente.
Otto Anderson (Hanks) es el vecino gruñón (del título en español), un viudo que vive siempre enojado y cuyo único objetivo parece ser criticar, juzgar, despreciar y quejarse de toda la humanidad por su ineptitud.
La vida como camino de redención
Él está decidido a terminar con su vida, que carece de sentido desde la muerte de su esposa. Pero la vida se interpone en su camino al conocer a un matrimonio de origen latino, sus nuevos vecinos.
Marisol y Tommy comenzarán siendo lo opuesto a Otto: alegres, simpáticos, caóticos, desprejuiciados, inocentes, torpes y bienintencionado, y él tratando de "corregir" su incompetencia, terminará encontrando en esta relación, en especial con Marisol, la ternura y la comprensión que darán de nuevo sentido a su vida.
Esta película sincera muestra cómo un hombre duro y triste va abriendo poco a poco su corazón y encontrando caminos de redención.
Para muchos, su mensaje puede parecer trillado y hasta molesto e inverosímil. Pero con profunda naturalidad, el film aborda temas importantes como el duelo, la desesperanza y la soledad, y deja entrever en ellos lo humanos que son, pues a todos nos visitan en algún momento de la vida.
De forma sencilla y bien tratada (siempre con un poco de humor) la historia nos muestra cómo a pesar de las peores circunstancias, la vida siempre sale a nuestro encuentro y se interpone en nuestro camino, llevándonos hacia lugares de sanación y de esperanza.
Por otro lado, la película aborda situaciones actuales, que a menudo no son bien tratadas en muchas producciones y se ven forzadas y sin sentido. Pero, a diferencia de la mayoría, los elementos se hilan con el resto de la historia de forma humana, bien lograda y justificada.
El tierno mensaje de reconciliación y de fe en la humanidad de A Man Called Otto está muy bien para comenzar este nuevo año.