«Preocupémonos por llevar el traje de fiesta al Reino de Dios». Este mensaje es el último que publicó a través de su cuenta de Twitter el obispo de la diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez. La fecha es del 19 de agosto, día en que fue trasladado desde la curia episcopal por la Policía de Nicaragua hasta Managua bajo «resguardo domiciliario».
A pocos días de cumplirse un mes de la detención de Álvarez por parte del régimen de Daniel Ortega (además de otros 15 días encerrado en la curia junto a un grupo de laicos y sacerdotes), las repercusiones a nivel internacional sobre su situación –lo mismo con respecto a la persecución a la Iglesia- no han cesado.
«Unidos en oración por Monseñor Rolando José, sacerdotes, diácono y laicos. Nuestra Señora de los Dolores, interceda por ustedes», publicó recientemente la propia Diócesis de Matagalpa. Desde ese lugar se ha promovido la oración por Álvarez de manera diaria e incansable.
El reclamo del Parlamento Europeo
En las últimas horas, además de las palabras del papa Francisco durante su viaje de regreso de Kazajistán sobre lo que acontece en Nicaragua, fue el Parlamento Europeo el que a través de una resolución condenó «en los términos más energéticos» la represión y las detenciones a miembros de la Iglesia en Nicaragua. En cuanto al obispo Álvarez, reclamó su inmediata liberación.
La resolución del Parlamento Europeo fue aprobada con 538 votos a favor, 16 en contra y 28 abstenciones, recuerda la nota de prensa difundida por el organismo. Fue ahí donde el Parlamento Europeo también instó al régimen de Daniel Ortega –sobre quien señaló que la Corte Internacional debe investigarlo por crímenes contra la humanidad- a restablecer el pleno respeto de los derechos humanos, entre ellos la libertad de expresión, religión y creencias.
Los eurodiputados también señalaron que los procedimientos judiciales y sentencias impuestas al obispo Rolando Álvarez (y otras víctimas de detención arbitraria) deber ser anulados.
En la sexta resolución sobre Nicaragua en lo que va de la legislatura, el Parlamento también hizo énfasis en el «el continuo deterioro de la situación y la escalada de la represión contra la Iglesia católica, personalidades de la oposición, la sociedad civil, defensores de los derechos humanos, periodistas, campesinos, estudiantes y personas de pueblos indígenas».
Un sistema que carece de independencia
El Parlamento Europeo expresó también preocupación por la situación de los más de 200 presos políticos detenidos desde abril de 2018 y denunció el trato cruel e inhumano del que son víctimas, se añade. En ese sentido, los eurodiputados recordaron que el sistema judicial nicaragüense carece de independencia. Pero también denunciaron el cierre arbitrario de ONG (entre ellas estaban las religiosas de la Madre Teresa de Calcuta que fueron expulsadas en julio de Nicaragua).
Debido a esto, el Parlamento Europeo reiteró su llamado a las autoridades de Nicaragua para que deroguen la legislación aprobada en 2018 que restringe de manera indebida el espacio cívico y democrático.
«Quiero saber cómo está»
Mientras todo esto acontece, la incertidumbre sobre Álvarez persiste. Este 13 de septiembre fue el propio obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, quien desde su exilio en Miami expresó en Twitter:
«Estoy cada día más preocupado por mi hermano obispo, Mons. Rolando José Álvarez. Me uno al pueblo de Dios, exigiendo ver a Mons. Rolando, saber dónde y cómo está, y que la dictadura lo ponga en libertad. ¡Ruego a la Iglesia en el mundo entero unirse a esta exigencia!».
En tanto, el arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes, había expresado el pasado 4 de septiembre que pese a las condiciones de arresto se «encontraba bien».
«He estado platicando con él (…) De salud me dijo que está muy bien. Lo encontré de mejor ánimo. Tuve un buen tiempo platicando con él. Y él nos pide que sigamos orando por él y que ojalá pues, el Espíritu Santo nos ilumine para que pronto solucionemos este conflicto», expresó Brenes a EFE, tal cual reprodujeron medios locales como Artículo 66.
Brenes, quien pudo ver a Álvarez a pocas horas de su arresto domiciliario y decir en ese momento que su «condición física estaba desmejorada», expresó en esa entrevista con EFE que Álvarez estaba siendo «bien cuidado» y que su familia podía visitarlo. No obstante, siguen pasando los días de arresto y la preocupación sobre su situación aumenta.